30 de marzo 1982-2023. Memoria necesaria, una sociedad no es justa si no tiene memoria

Compartimos comunicado del espacio político Movimiento Compromiso Social.


Se cumplen 41 años de la histórica movilización a la Plaza de Mayo convocada por la CGT Brasil contra la Dictadura Cívico Militar. La encabezaba el dirigente cervecero Saúl Ubaldini. Esta vez a la consigna PAZ, PAN y TRABAJO, se sumó un no casual LUCHE y SE VAN, calificando la situación que se vivía.

Ese hecho histórico, lejos de constituir un hecho aislado, fue continuidad de una resistencia que aún en la debilidad y bajo una feroz represión siempre existió durante el período 1976/1983. Sus antecedentes fueron desde anónimos episodios de resistencia sindical hasta significativas huelgas en distintas actividades, el paro general del 27 de abril de 1979, el del 22 de Julio de 1981, la participación en la conmemoración religiosa de San Cayetano con esa consigna por el trabajo y la paz, que se trataban de tapar con la complicidad de los grandes medios de prensa. Fueron miles los dirigentes, delegados y militantes populares detenidos desaparecidos, encarcelados, perseguidos o despedidos, para impedir respuestas organizadas de los trabajadores a la dictadura genocida con la que se sostenía una política económica a favor de los sectores económicos más poderosos y la especulación financiera, a costa de los derechos de los trabajadores.

Al grito de “se va a acabar, se va a acabar la Dictadura Militar” desde temprano se configuró, ese 30 de marzo, la columna en Avenida de Mayo y 9 de Julio para marchar a la Plaza. La ciudad como otras en el resto del país amaneció con las fuerzas de seguridad desplegadas. Hubo tres horas de enfrentamientos con los represores y luego focos de resistencia hasta la tarde. Se sumaron movilizaciones, todas reprimidas, en Rosario, Mar del Plata, Tucumán y Mendoza. En esta última la gendarmería baleó a los manifestantes que entonaban nuestro Himno Nacional y asesinó al obrero textil JOSE BENEDICTO ORTIZ. Hubo en esa jornada más de tres mil detenidos y centenares de heridos, fueron encarcelados una vez más los dirigentes convocantes.

Pero a partir de ese día el régimen ya no sería igual. Horas después se iniciaría la Guerra de Malvinas con el desembarco del 2 de abril en nuestras islas. Estos dos acontecimientos –a menudo presentados como disociados entre sí– ofrecen un mismo testimonio sobre el compromiso del movimiento sindical en las luchas por la recuperación de la Democracia, la Soberanía Popular y la Soberanía Territorial.

Ambos hechos nos pusieron a prueba. Las y los trabajadores, que son la Patria, no se equivocaron. Sin arriar las Banderas de la lucha, contra la Dictadura, por la Soberanía del Pueblo, no dudamos en nuestro compromiso de siempre con la Soberanía Nacional. Lo hicieron a pesar de esa decisión irresponsable – aventurada como la calificó la Comisión de Evaluación de Responsabilidades designada por las propias FFAA encabezada por el Tte. General Benjamín Rattenbach- con la que se pretendió superar, buscando “legitimidad”, el curso de los acontecimientos desde hacía tiempo desfavorable para los genocidas, con esa irrenunciable causa de las y los argentinos.

Entonces hubo que enfrentar la terrible contradicción que latía en ese acto: el carácter ilegítimo del régimen asesino y la legítima causa de la soberanía territorial que estaba en juego.

Así como se sostuvo Dictadura No, se manifestó Malvinas Sí. Ni la Dictadura ni los ingleses.

Quienes se movilizaron exponiendo su vida aquel 30 de marzo, como José Benedicto Ortiz, y luego sostuvieron coherentes la causa de Malvinas tenían razón. No los olvidamos y les tributamos este emocionado ejercicio de memoria, que no será completo sino logramos movilizarnos en defensa de esa soberanía pues sigue vulnerada no solo porque los Ingleses siguen en Malvinas, sino pues, por ejemplo – siempre por voraces intereses económicos- sufrimos todos los días los inaceptables condicionamientos del FMI sobre la política económica nacional, resultado de una deuda ilegal e ilegitima que nos esclaviza. Pagarla en esas condiciones nos lleva al quebranto, significa entregar recursos que necesita nuestra economía, el alza inflacionaria de los precios, convertir a salarios, jubilaciones e ingresos alimentarios en variable de ajuste a quienes de ninguna manera nos beneficiamos con ella. Exigir que esa deuda la paguen los grandes grupos empresarios que se beneficiaron, la lacra macrista, los jueces que demoran el proceso judicial sobre la responsabilidad de quienes la contrajeron y otorgaron sin respetar la ley argentina y los propios estatutos del Fondo.

Exigir que la Deuda la paguen quienes se beneficiaron, los que para ello evadieron impuestos y fugaron capitales, también es defender la soberanía nacional y popular!

Gabriel Berrozpe
Sec. Gral Movimiento Compromiso Social

30 de marzo de 2023

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