¿La peor escalera del país está en Avellaneda?

Una buena idea con una mala resolución. Un puente peatonal necesario y muy útil, pero que transitarlo implica atravesar una escalera diseñada generadora de improperios para el ingeniero responsable de la construcción de la misma.

El puente peatonal que atraviesa la calle Maipú, a la bajada del Puente Pueyrredón, ya exige un esfuerzo a los vecinos en la incomodidad de remontarlo y de caminar bastante metros más que hacerlo en línea recta. En momentos de poco tránsito muchos eligen esquivarlo y apurar el paso evitando los autos que bajan de la autopista a toda velocidad. Algo habitual por la noche o los días domingos, muchas veces con riesgo de que aquellos que apuran el paso de mala manera terminen en la parrilla de un 148 o de un 98.

La falta de espacio llevó a esa resolución arquitectónica, que el espíritu de esta nota no es criticar. Ahora, lo que sí es inexlicable es la construcción de la escalera que cuenta con unos escalones insólitos. Demasiado largos para un solo paso, lo que obliga pasos cortos, antinaturales, o una zancada digna de un basketbolista para directamente saltar de a dos escalones. El paso de una persona normal siempre termina a mitad de camino, chocando contra el comienzo de escalón. Ni chicha, ni limonada.

Ese paso peatonal fue inaugurado a mediados de la década del `90, en tiempos donde el tránsito vehicular se acrecentó por la expasión del parque automotor a lo que se sumó la inauguración de la autopista 9 de Julio en 1989 cuando se hicieron las modificaciones por las cuales Mitre pasó a ser mano única a esa altura. Para unir las partes para los peatones la incisión que se le realizó a Mitre se construyó ese puente.

Ahora, dado el estado de situación, se puede analizar. ¿No sería conveniente directamente hacer una empalizada y borrar de la historia esos escalones? Los transeúntes vamos a estar agradecidos.

 

 

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