Liga Profesional. Racing no para de perder

Defensa y Justicia tuvo cinco minutos de eficacia y Racing recibió otro golpe. Un gol por fallar al salir jugando; el otro, al ratito: tampoco a la Academia de Fernando Gago sale nada, y sigue perdiendo; Enzo Copetti descontó con un penal.

Cinco minutos de máxima eficacia prolongaron la racha positiva de Defensa y Justicia, que derrotó por 2-1 a Racing en el Cilindro de Avellaneda, amargando la presentación de Fernando Gago frente a su público y causándole al entrenador el segundo tropiezo en sus dos partidos al frente de la Academia.

Los partidos de fútbol, a veces, son ráfagas. Momentos breves en los que se suman circunstancias impensadas y contundentes difíciles de imaginar apenas un ratito antes. En esta ocasión sucedió en el inicio del segundo tiempo, después de una primera mitad pareja, en que a los dos les había costado imponer condiciones y el juego se había movido entre altibajos y vaivenes.

Un minuto después de volver del vestuario, Miguel Merentiel presionó la salida de Leonardo Sigali y Gabriel Arias, la pelota derivó en Juan Cáceres sobre la raya, lo apuró Carlos Rotondi, el lateral quiso devolverla al arquero, se coló Walter Bou, anticipó, gambeteó al chileno y… 1-0. El reloj dio cuatro vueltas, Gabriel Hachen recibió sobre la medialuna, sacó un zurdazo, el travesaño le ahogó el grito y Franco Paredes, que acababa de entrar, cruzó el balón a la red. Dos a cero.

El flash de efectividad de Defensa y Justicia hizo saltar por los aires toda la estructura de un encuentro que hasta entonces se había manejado dentro de carriles más esperables, incluido el anunciado recuerdo a Diego Armando Maradona. El partido que inauguró la fecha de homenaje al ídolo máximo del fútbol argentino vio a los 22 jugadores vestir camisetas con la imagen del 10 en el pecho al salir del túnel y se interrumpió en el minuto 10 mientras una camiseta de la selección con su nombre revoloteó sobre el césped, para emocionar a la gente.

Antes y después de ese instante, la presentación de credenciales futbolísticas de Gago ante la hinchada académica mostró fidelidad a sus convicciones. Con más o menos acierto, se ocupó de enseñar su receta. Un equipo que tuvo intención dominante, presión alta para robar cuanto antes y dos alternativas a partir de la recuperación: contragolpe inmediato si la jugada lo permite y calma para elaborar, con muchos toques para desordenar al rival y sumar soldados en la misión ofensiva.

Durante los 45 minutos iniciales gozó de un par de ocasiones con la primera fórmula –un centro raso de Lisandro López que remató desviado Mauricio Martínez a los 7 fue la ocasión más clara–, y la segunda le valió discutirle la posesión a Defensa y Justicia hasta ganársela, aunque con ese método le costó más encontrar profundidad.

En ese mismo lapso, el Halcón dio las señales iniciales de la practicidad que expondría más tarde. En ese punto se notó la diferencia de tiempo de trabajo entre uno y otro. El equipo de Florencio Varela tiene mejor aprendido el mecanismo de achicar la cancha cuando toca defender y desplegarse para abrir espacios una vez con la pelota en su poder.

El sistema no es desconocido en el Cilindro, donde Sebastián Beccacece dejó su sello. El entrenador rosarino regresó por primera vez al estadio de la Academia y recibió una cascada de abrazos. Ningún jugador de celeste y blanco dejó de saludar a él ni al resto de integrantes del cuerpo técnico. Ningún espectador se privó de aplaudirlo.

Sin embargo, la ventaja para el Halcón dependió más de lo espontáneo que de lo planificado. Y se evidenció aun más a partir del 2-0, cuando se vio obligado a apretarse en su área

Racing se sacudió el desconcierto que le generaron los dos golpes con base en fe y coraje. Gago movió tácticamente al equipo un par de veces hasta conseguir que la cancha se inclinara hacia el arco de Ezequiel Unsain.

Un penal convertido por Enzo Copetti le habilitó el sueño del empate a los 28. Dos cabezazos de Javier Correa y uno de Copetti rozaron la igualdad, pero no la consiguieron. Defensa y Justicia quizás se llevó demasiado premio. Esta vez le bastó una ráfaga.

EL RESUMEN DEL PARTIDO:

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