Crónicas inauditas. El despertar de las bestias (Lado B)

 Las calles llaman nuevamente y la oferta cultural y gastronómica se empieza a poner en forma para enfrentar lo que resta del año con toda la pila.


 

Por MAXI ROBERTO

Me clavo dos tiros de una imitación barata del un millón en el cuello para tapar un poco la bronca laboral y me preparo,  nervioso, para enfrentarme por primera vez en mucho tiempo a la presión sonora de ver un show en vivo. Ya hable en la parte A de estas crónicas cómo me están afectando estas secuencias de hacer algo que era muy cotidiano en otro momento y que ahora se observa como un hito, como algo que se presenta ante mí de modo indómito. No sé que esperar más allá que es algo en lo que me crié.

Saco la basura. La calle está muerta. La Av. Néstor Kirchner sostiene pocos vehículos a esta hora. Es Martes y la hora exacta es la 20.36pm cuando recibo el mensaje de mi copiloto – “Necesito terapia y no te hablo de sexo.” Dice la misiva digital. Opa, digo por dentro. Se viene una noche agitada.

¿Les conté del ciclo virtual de presentaciones en vivo, que realiza la productora Amarriki los jueves desde las 22hs por su canal de Youtube? Si les conté, no se hagan les giles. Y si no leyeron la crónica anterior, acá les dejo el link para que la lean antes de seguir (https://www.portalsur.com.ar/2021/09/26/cronicas-inauditas-el-despertar-de-las-bestias-lado-a/). ¿Por qué? Porque están emparentadas, los une una idea novedosa: Un grupo se presenta en formato digital los días Jueves y de modo análogo los días Martes en Cervecería Rafiki (@cerveceria.rafiki). El ciclo en vivo es ni más ni menos que el viejo y entrañable TRANCA PALANCA (@ciclotrancapalanca) que supo ser las delicias de las noches Quilmeñas y ahora, ultra renovado y acompañado de un siamés virtual llamado STREAMING LA VIDA LOCA! Busca hacerse un lugar en su nueva casa del centro de la ciudad de Berazategui.

Encaro por calle 14, la principal del centro de Berazategui. Para hacerme el cheto. También porque me gustan los centros urbanos, los ruidos, la gente y sus ansias. Recuerdo que la última vez que presencie un espectáculo nocturno fue precisamente en Rafiki en un ciclo organizado también por Amarriki que no llego a consolidarse por la pandemia. Fue solo una presentación bajo el nombre de ciclo “TIKI” por el que pasaron el Dúo Turica-Doncel  (Ana Paula Turica y Germán Doncel @turica.doncel  a quienes he entrevistado y escuchado en vivo luego de una gira por Europa de la cual charlamos largo y tendido en el verano de 2020) y el grupo ALONDRA LÚMINA (@alondralumina) en lo que fue el encuentro de las raíces folklóricas más profundas mixeados con las nuevas ideas de esta generación de músicos jóvenes que no hacen otra cosa que refrescar la escena de dichos géneros.

 Voy tan en la mía que me equivoco de cuadra y me paso. Eso es por fumar antes de salir. No encontraba el bar. Me sentí desorientado. Parecía uno de esos sueños en los que estas en busca de algo que no encontras. Giro 360° buscando las coordenadas correctas, me hablo a mi mismo- “para… donde está Sizó?” peluquería donde nos ponemos bellos los famosos de Berazategui (Ahre) (@sizogerardberazategui) “allá esta” era en la cuadra anterior.

Calle 13, no no, el grupo de René no, la calle en sí, la número 13, la que antiguamente te llevaba hacia el lado de la estación. Luego cambió de sentido y te saca del centro hacia la AU. Buenos Aires-La Plata. Sigo insistiendo que es la calle más apta para que se arme un polo gastronómico, pero bueno, que sé yo de estas cosas. Pero me la imagino cortada desde las vías hasta la Avenida con la gente en las calles a modo de peatonal, con mesas sobre el asfalto. Piñas, líos, botellazos, la cosa sana, digamos.

Ahí estas, iluminado, vigoroso, ávido por deglutir mis ganas de sociabilizar después de mucho tiempo. Imagino que los propietarios de Rafiki deben sentir cosas también. ¿Qué habrá pasado por la cabeza de estos chabones mientras veían que la pandemia se llevaba puesto todo el esfuerzo y empeño que le tenés que poner a un proyecto de este nivel? Alto picadero de cráneos fue esta mierda. 

Hay una ancha escalera zigzagueante y hermosa que te deposita en un tremendo deck en donde estaba la producción de Amarriki cenando. Mesa larga, mucha charla, caras conocidas, sonrisas tatuadas e indisimulables. Algo está creciendo otra vez. Me ven, me invitan a sentarme en la mesa. Ligo una pinta que me hereda Agustín Garvie (@agustingarvie) quien había terminado de cenar y se iba a manijear no se qué cosa. Se presentaba La Nave Croydon (@lanavecroydon) y por eso no les hable de su performance en la crónica anterior, para no ser redundante.

 

A mi lado Pablo Wyrytowski (@womidomi) quien nuevamente  como es costumbre operara el audio de La Nave termina su plato y nos ponemos a charlar sobre la vuelta a las calles, a las giritas suburbanas. Pablo conoce a la perfección las texturas y las coloraturas a la que busca llegar el grupo y por eso es el elegido eterno para encarar estos procesos. Además es un tremendo músico y bajista y comparte con Martin Pereyra (@martinpereyramiusic) y Pato Benítez (@patutupabenitez) el trío PUREE (@somospuree), recomiendo fuerte si querés escuchar rock progresivo mezclado con matices del jazz, algo de impro y con una cuota de locura mágica que hace difícil separarse de la escucha ya que su innovadora impronta genera un hipnotismo poco común. Pegajosos. 

La pinta de Kraken roja que le zarpe a Agustín es una manjar (@cerveza_kraken) se funde con mi boca de un modo suave y delicado. Es robusta y perfumada. Tiene ese sabor ahumado que no se cómo carajos hacen para encontrarle el punto justo, ese punto en que no te das cuenta que estas tomando cerveza hasta que estas medio mambeado. No sé si le pasa a alguno de ustedes, pero a mí cuando la birra no está bien curada me lo avisa un suave sabor, no se rían eh, a atún. Si, atún. Si la birra artesanal me deja gusto a atún en la jeta es porque no está lista para tomar señores. Eso es lo que siento, quizás algún experto pueda ser más certero con esto así que voy a investigar. –“En 20 estoy, negrito”  me escribe quien me acompañara y espero hace media hora. Un inmoral. Y bue, es boga. En eso aparece en escena Pato Ledda (@patricio.ledda) músico berazateguense que, según me conto esa noche y por data que traigo encima por otros músicos intervinientes, está grabando un disco solista con la producción de Seba Perkal (@sebastianperkal) y la colaboración de Juampi Basso (@juampibasso) Cesar Barrionuevo (@cesarbateria) Hernán Kantner (tecladista de una de mis bandas más favoritas del mundo mundial: Rodolfocontodo) entre otres. Esta re entusiasmado Pato, me cuenta que le está poniendo toda la garra a este laburo que será un disco largo, diez canciones aproximadamente, confirmando el riesgo que está asumiendo, claro, ya nadie graba discos de esa longitud. Lo celebro y mucho.

 

-“Esta historia viene de hace muchos años. Nunca la cortaron y ahora quieren vender como que no paso nada. Lógico, le comió el dorima toda la vida a la hermana, como no va a querer que siga de largo.”  Le digo a mi compañero de aventuras refiriéndome a un culebrón turco pero de la vida real que venimos siguiendo. Re chusmas. ¿Ustedes no extrañaban juntarse a chismear con amigues? Nos reímos para no llorar. Llegan las papas y por fin son papas de verdad, no esas cosas que te venden en algunos lugares que parecen más al vomito de un camello que a papas con cheddar. Y la sal, sala. La mesa que nos toco no está en el patio donde sucede la magia musical ( si van a ir a uno de los ciclos reserven mesa porque se llena hasta la manija y puede que queden arafue del patio, como nosotros). De todos modos, estés donde estés vas a disfrutar del viaje: estábamos adentro, lejos del quilombo e igual la energía del toque se hacía sentir. En el salón la música que suena es la que están ejecutando los músicos en vivo y en ese momento. El audio sale por línea en todo el bar. Jamás escuche tal cosa. Ósea, hay una banda tocando en vivo ahí fuera, pero vos, adentro, si es que estas en el salón, escuchas la música salir por los parlantes del bar. Nunca pero nunca se nos coló un tambor siquiera en el salón. Es imposible notar que estas escuchando música en vivo y no una lista de reproducción de alguna plataforma. Suena brillante, solido, claro. Ojo, eso no solo se logra con bichitos tecnológicos, eso ayuda, pero la posta está en la calidad del toque, en la oreja y por sobre todo… en la composición, amigues. Que quieren que les diga…

Hay que estar afilado y preparado. Siempre. La Nave Croydon lo está. Y vaya si lo está. Con nueva formación y nuevas canciones buscan enfrentar esta época con la fuerza que se consigue desde el conjunto (tuve la fortuna de poder escuchar 4 que aun no han sido presentadas en público grabadas por el grupo y masterizadas por Mario Breuer, histórico productor de la música popular Argenta @mrbreuer). Los cambios suelen generar incertidumbre y parálisis en ciertos casos. Este no lo es porque el motor del grupo sigue allí: las acrobáticas melodías vocales, esas que no te enseña un profe de canto sino un entrenador de gimnasia ruso: Dulces, cerdas también, allí están. El virtuosismo y la versatilidad de Agustín sumado a su refinado gusto y al gran manejo escénico que tiene hace que cada presentación del grupo sea una experiencia multiperformatica. Te recorre, te empuja hacia su mundo, mundo enfermo. Hay teatralidad, hay escenas, hay tragedia, hay gloria, hay mugre, barro y por sobre todas las cosas hay sangre. Wow wow wow, alto ahí, loooca! eso no se logra en soledad, jamás. Allí están sus compañeros Juano Corrales (@popicorrales) Manuel Zamora (@manuelelmanu) y el ingresante baterista Nehuen El Pela Duarte (@nehuenpela). Juano, a quien también se conoce popularmente como POPI, para mi eh, es quien lleva la manija de La Nave Croydon. Todo lo que sale de su cabezota es increíble, moderno, exacto. Es otra tecnología el chabón. Es un T1000 musical: Ejecuta de modo notable todos los instrumentos que se pone encima. Tiene un conocimiento acabado de la música que realiza. Es detallista, sabían? Je! Sí, todos los son, ya fue. Es que debe ser obligatorio cuando tenés tanta data en el balero, bien organizada y comprendida. Junto con  Manu son los encargados de generar el universo croydiano y darle sostén armónico, ese peso que necesita toda banda vocal pop para no irse por las nubes. Manu es re tranqui, observador, callado y parece tímido pero es un cago de risa cuando pegas onda con él. En lo musical reparte sus energía entre darle tensión al segmento rítmico para que fluya empastado en lo melódico y armónico y en darle la soga suficiente a Juano y Agustín como para que no se vuelen demasiado. Es una especie de jefe de gabinete musical.  Y el Pela Duarte, Nehuen, quien debutaba como baterista en lo que respecta a las presentaciones en vivo se acoplo al proyecto de modo inmediato. No es fácil ingresar a un grupo donde las cosas son tan claras y exigentes. Sin personalidad y sin tener un concepto propio ningún músico podría hacer pie en las agitadas aguas de los mares de La Nave.

 La primera vez que los escuche en formato cuarteto y con la presencia del Pela fue en el estudio mientras ponían a punto la lista de canciones para el Streaming. Nuevamente quedo desacreditado mi parecer: De movida, lo primero que podría pensar cualquiera es que un grupo de canciones  POP-ROCK  que pasa de un quinteto a un cuarteto va a buscar refugio en su esencia. En este caso como el factor a restar es Oliverio David Boroni (@sooy.oli) alias EL TOLO, quien a finales del 2020 decidió reorientar sus pasos en busca de otros objetivos musicales y personales, la cosa ya no es tan sencilla. El Tolo fue uno de los constructores de este estilo tan peculiar que presenta en sus trabajos La Nave Croydon. Multi Instrumentista, compositor, arreglador y quizás, no se si no lo más importante, se fue una voz de la paleta de colores vocales del grupo. Entonces, a priori, el pensamiento madre seria decir “van a sonar mas tranquis, mas canción, van a explotar esa faceta que conocen a la perfección”. Hay que cerrar un poco el ojete y escuchar. Ilusos. Iluso yo. Ilusos todes. Son una bomba en este formato. Emergió una crudeza  tras las delicadas melodías que ya no solo logran montarte en una bestia dócil y tranquila, con dosis moderadas de locura y psicodelia sino que ahora, encima, te aplastan la cabeza con esta máquina renovada de pop vocal y sangre hervida.

“Vos imaginate que ella vio como mientras su hermana la pasaba mal su otra hermana le morfeteaba el marido.”  Me dice mi coequiper de tragos (el trago RIKI que está en promo mientras sucede el evento es una delicia)  segundos antes de meterle el ultimo bocado a su cheguzán. Labura muy bien Rafiki la cuestión de atención, la calidad y la presentación. Otra cosa, hay una IPA que es una LO- CU- RA: el tono justo de cítrico empasta certeramente con el paladar. Es amable, refrescante y sabrosa. A mí me encanta el vino, soy team vino, pero me gusta empezar las veladas de tragos y humos siempre con una birrita. Esta IPA de Kraken es mi elección de ahora en más. Con una me basta para luego entrar a los terrenos del tinto ya más calmado. Domado.

Se ha formado una pareja y se esperan años de sagrado matrimonio en donde el respeto por la calidad y lo local y la idea de ofrecer productos de alta factura rinda sus frutos en pos de enriquecer la escena gastronómica y cultural de la zona. Salud por los recién casados Cervecería Rafiki y Amarriki Producciones y salud por su primogénito el TRANCA PALANCA. Y gracias por invitarme ese martes al bautismo!

Pasa la gorra señal que la noche acaba. Me dispongo ir al baño, pagar y volver a casa. En el camino al toilette me cruzo a mi queridísimo amigo Aru Bornaschella (@aruyelfuturo). Una cosita, cuando salga el nuevo material de Aru creo que no voy a poder escribir nada. Debería inventar un nuevo lenguaje para poder describir en palabras los lugares que ha decidido retratar en sus canciones. Lo abrazo después de mucho tiempo. Lo siento cercano nuevamente. Me late fuerte el corazón. Me quiero matar por no haberlos visto antes. Junto a él están Luca Potti (@chabrierpotti) y Agustín Rosati (@agustinrosati) de Alondra Lúmina con uno de los hermanos Morici, “So vo o tu hermano?”  Le pregunto porque siempre me los confundo. Me dice que es el hermano. Creo que era Vito Morici (@vito.morici) sin barbijo mis neuronas son incapaces de diferenciarlos imagínense con barbijo. Eso que no se parecen, eh. Pero qué se yo. Vito y Marco Morici (@marco_morici) son dos tremendes musiques del Conurbano Sur. Son dos hermanos miembros de una mafia ancestral italo-yakuza: te tocan 5 yeites antes que enciendas el ampli. Vito toca el Bajo en Alondra y con Anita Cozzi (@anita.cozzi), por ejemplo. Marco es un guitarrista fenomenal con un flow y un Groove impresionantes. Bien modernos son los guachos. Me encanta lo que hacen con sus carreras. Hermosas todas las personas que me cruce esta noche. 

Pagamos, saludamos y nos vamos silbando bajito. Fue una de esas noches que parecen eternas y eso que eran apenas la 1AM. El miércoles espera agazapado.  Mientras caminaba por el centro hacia casa pensaba todo  lo que hemos atravesado para llegar a estos momentos y puntos de encuentros. Ya no somos los mismos y buscamos desesperadamente algo de ese pasado que negamos y discutimos para poder sentirnos vivos nuevamente. Los melones empiezan a acomodarse en este carro que ha vuelto a rodar por las calles del Conurbano Sur.

“y fueron años, años así. Paso el fututo y yo me lo perdí.”

 

Escribe tu Comentario