Movimiento obrero y cambio climático: «Los trabajadores tenemos que estar en la mesa donde se discuten políticas públicas»

Sol Klas es secretaria de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Asociación del Personal de Organismos de Control (APOC) y coordinadora del Frente Sindical de Acción Climática, donde confluyen más de 30 organizaciones gremiales. En noviembre comenzó un Curso de Capacitación y Formación para los Desafíos Ambientales. Objetivos de Desarrollo Sostenible y Transición Justa para la Recuperación Inclusiva. Los principales planteos del espacio.

Por Leonardo Martín y Pablo Guillermo

La agenda del movimiento obrero organizado argentino es bastante más compleja de lo que se suele creer. Más allá de la discusión por salarios, condiciones laborales y cuestiones que hacen al día a día, también se trabajan otros aspectos de mediano y largo plazo. Discusiones por fuera de la agenda inmediata, pero con el foco en una mirada más amplia, estratégica. Puede ser el debate por el modelo de país, el impacto tecnológico, la perspectiva de género, miradas sectoriales para mejorar actividades puntuales.

Uno de esos temas estratégicos, que ya tiene incidencia en nuestro presente y que se espera que genere más consecuencias en el futuro próximo es la cuestión ambiental, el cambio climático, la necesidad de un modelo de desarrollo sustentable. Con ello la necesidad de dar respuestas a esos cambios desde el mundo del trabajo. «Necesitamos que los gremios sean parte de la mesa de discusión en donde se elaboran las políticas públicas en materia ambiental«, expresa Sol Klas a Portal Sur.

El Frente Sindical de Acción Climática es una iniciativa que comenzó en 2019, «con apenas cuatro gremios y que hoy cuenta con más de 30* (Ver listado aparte)», agrega Klas, que además de ser dirigente sindical, tiene una amplia formación académica en temas ambientales.

«El Curso que vamos a dar durante noviembre, surge como una necesidad de los sindicatos que integramos el Frente Sindical de Acción Climática de unificar conceptos y cuestiones técnicas y teóricas», indica.

«Empezaron a surgir necesidades de abordar distintas temáticas sectoriales y entendimos que un buen punto de partida era unificar los conceptos que entendemos sobre la gestión ambiental, el desarrollo sostenible, la transición justa, el cambio climático», añade.

«Los trabajadores y trabajadoras tenemos que estar donde se discuten las políticas públicas ambientales. Al no ser tenidos en cuenta, nos empezamos a juntar, a abordar colectivamente las diversas problemáticas y a generar debates que nos incumben«.

Consultada sobre qué consecuencias tendrá el cambio climático en el mundo del trabajo alertó «esta crisis tiene muchos impactos, sin dudas muchos empleos se perderán, otros sectores podrían ser beneficiados, también se proyectan migraciones y movimientos de población por los impactos del cambio climático. Allí se verá la capacidad de adaptación de los países tal como quedó de manifiesto en la pandemia, los que peor la pasan son siempre los más pobres. Hay sectores que a la corta o a larga tendrán que adaptarse, el ejemplo más claro son los que generan una mayor contaminación por la producción de hidrocarburos, algunos ya se están adaptando y ampliando su oferta energética y otros no».

«En algún momento, esos trabajadores van a tener que migrar a una economía baja en carbono. Hay que ver de qué manera se les prepara para que la transición sea justa y que tornen por ejemplo a la energía renovable, claro que habrá que desarrollar habilidades y capacidades para trabajar en un sector más limpio», evalúa Klas.

«Algunos sectores sindicales trabajan estos temas, otros por ahora no. Lo que planteamos del Frente Sindical de Acción Climática es que este es un tema transversal, que nos afecta a todos. Tenemos que estar alineados y cada uno trabajarlo desde su sector», plantea como coordinadora del espacio.

Los debates ambientales, la necesidad de generar una economía sostenible, viene creciendo en las últimas décadas, pero muchos especialistas y científicos señalan que ya no queda más margen para no comenzar a aplicar cambios ante una situación irreversible.

«La pandemia ayudó a tomar conciencia en muchos sectores. En los últimos 50 años fue el período donde tuvimos el mayor impacto ambiental con la explotación de recursos naturales. Estamos usando más recursos naturales de la capacidad que tiene el planeta de regenerarlos, es lo que se llama la huella ecológica».

«La pandemia puso de manifiesto que cuando llegan no hay vuelta atrás, el concepto que se usa es el de regresiones no lineales. No sabemos qué puede pasar. Son cuestiones que tenemos que entender. Cuáles son los principales problemas ambientales y cómo abordarlos antes de que sea demasiado tarde», argumenta.

«Queremos que haya estrategias de producción y consumo sostenibles. Entendemos que hay formas distintas de generar desarrollo económico, bienestar social y cuidado ambiental. Queremos hacer desde el sindicalismo ese aporte», concluyó Klas.

 

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