Liga Profesional. Racing perdió en Rosario ante Central

En el estreno de Fernando Gago como DT de la Academia, el capitán rosarino, Marco Ruben, anotó cerca del desenlace el 2-1 que hundió más al golpeado de Avellaneda; Gino Infantino había puesto en ventaja al local, y había empatado Enzo Copetti.

En una noche llena de emoción, el grito más fuerte fue para la Academia de Rosario. En un partido casi de locos, con incidencias y gritos de gol ahogados in extremis, la victoria se abrazó con Rosario Central porque hizo mejor las cosas. Gino Infantino y Marco Ruben fueron los goleadores auriazules; Enzo Copetti había puesto el empate transitorio.

Tener un nueve decisivo y más ambición ofensiva fueron la diferencia entre un equipo y el otro. El de Kily González construyó una enorme victoria que vale por sí misma y porque descuenta puntos en la carrera por un lugar en la Copa Sudamericana en desmedro de su vencido.

Racing debe replantearse muchas cosas. Así como la campaña está llena de altibajos, las luces de un posible buen funcionamiento siguen titilando.

Gago tuvo un mal comienzo ya que su equipo se diluyó con el correr de los minutos hasta tirar pelotazos y centros. De la confianza inicial pasó a la lentitud, y de eso, a perder las formas. Pudo empatar en el final, pero el arquero Jorge Broun, en otra gran noche, se lo impidió.

No fue una buena carta de presentación del ex entrenador de Aldosivi. Las ideas de Gago pueden parecer buenas, pero hasta ahora lejos estuvo de aplicarlas. En Racing se destacaron apenas la jerarquía de Lisandro López, Copetti por el gol y algunos chispazos de Matías Rojas. Poco, muy poco.

El partido estuvo dividido en dos mitades claras. En la primera Racing intentó prevalecer, y en la restante el ataque canalla, sostén de un equipo irregular, impuso condiciones.

La versión Gago de Racing pareció cumplir buenos requisitos, al menos en la primera media hora. Quiso la pelota, utilizó el pase como estandarte de su juego y estuvo cómodo cuando sus líneas se movieron compactas. Pero todas las ideas de Racing morían en tres cuartos de cancha. Pisar el área fue una materia pendiente, una carencia sin solución. Sus apenas dos llegadas fueron remates desde fuera del área, de Rojas y Tomás Chancalay, que Broun resolvió con enorme jerarquía. Sin un nueve definido y sin volantes que llegaran con sorpresa, el visitante se enfermó de anemia. Anemia de gol.

Distinto fue el segundo tiempo. Intenso, emotivo, emocionante, dotado de golazos de suspenso hasta la última jugada, en el minuto siete de alargue. Central mostró desde el inició otra cara. La mejor que tiene es su ataque, a veces voraz por la jerarquía de Emiliano Vecchio y Ruben. Llegó una, dos, y en la tercera ocasión acertó.

Vía Infantino, el volante surgido de las divisiones inferiores que tiene la manía de hacer golazos. Su carta de presentación fue los dos goles a Estudiantes en La Plata, para el empate en dos. En este caso fue de la derecha al centro y sacó un zurdazo inatajable para Gabriel Arias. A un ángulo.

Cuando nada lo hacía prever, y Racing naufragaba, llegó el empate. Un centro de zurda, justo y milimétrico de Licha López, ubicó a Copetti en el área. Fue la primera llegada a fondo de Racing, en el minuto… 66. Todo un símbolo.

Pero la noche guardaría un capítulo más en favor del local. Marco Ruben iba a ser reemplazado, e incluso se sacó el brazalete de capitán, pero pidió una jugada más. Y fue al área, cabeceó y logró el gol y la victoria. Para quedar a un tanto de Mario Kempes como segundo anotador histórico del club.

En la última acción de peligro, Broun sacó del ángulo un cabezazo de Alcaraz. Una atajada como para enmarcar. Así fue la noche en Rosario.

RESUMEN DEL PARTIDO:

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