El periodista Pablo Sirven escribió una nota calificando al Conurbano bonaerense como «africanizado». Despertó un rechazo generalizado.
Es sabido, el diario La Nación desde su fundación en el año 1869 por Bartolomé Mitre, fue un diario, «tribuna de doctrina», para representar intereses oligárquicos. Desde allí nunca desvió ese camino.
Este domingo volvió a demostrar un profundo desprecio por una enorme cantidad de argentinos en una nota escrita por Pablo Sirven. En un análisis sobre el año electoral escribió:
«Una vez más, este año la madre de todas las batallas será la provincia de Buenos Aires, ese territorio inviable en cuyo africanizado conurbano, se deciden electoralmente los destinos de la patria«.
La definición de «africanizado conurbano» fue la que generó una polémica que se extendió por las redes sociales despertando múltiples críticas por el desprecio por una región que en la cual viven 17 millones de argentinos. Algunos en zonas con más urgencias, otras con menos, pero igualando en la discriminación de uno de los medios de comunicación más importantes de la Argentina.
Quizás vale la pena preguntarse, ¿no será que parte de la situación de emergencia que vive el Conurbano proviene de las políticas que defendió y promovió el diario La Nación de concentración de la riqueza y de un país solo exportador de materias primas? Es decir, aportó en el terreno de las ideas para consolidar un país desigual y con millones de excluidos.
Los periodistas y editores de La Nación deberían tener más respeto por una región que si le da la espalda al proyecto político que defiende el diario quizás tiene algún asidero en la experiencia de varias décadas. En haber sufrido en carne propia las ideas allí promovidas.
Una historia que es larga en el país y del cual se puede hacer un paralelo entre aquella frase de Sarmiento «civilización y barbarie». Para algunos hoy el Conurbano representa la barbarie.
