López, un documental que abre la intimidad de uno de los fotógrafos más importantes de la Argentina

Se estrenó López, el documental que retrata aspectos de la vida del reconocido fotógrafo Marcos López. 

Antes que nada, quien escribe esto no es crítico cinematográfico por lo cual las palabras que a continuación leerán no son de un profesional. Tampoco del mundo del arte, con todas las limitaciones que ello conlleva en el análisis de la obra. Es de alguien que escribe porque puede hacerlo.

Como todas las semanas, el sitio web cine.ar (recomendable para salir un rato de Netflix o Amazon) deja un estreno disponible gratuito que mantiene de esa manera por una semana, luego cobra módicos 30 pesos, un precio simbólico en estos días.

Días atrás se estrenó el documental López dirigido por Ulises Rosell que abre una ventana a la vida del fotógrafo y artista Marcos López, que la mayoría seguro no ubica por nombre, pero sí es muy probable que lo haga por sus obras. Uno de los más importantes de la Argentina, un genio en su actividad, creador de una vertiente a la que se llamó Pop Latino. (Puede fallar la referencia, quien escribe desconoce absolutamente ese mundo).

La pregunta inicial cuando a uno le preguntan por una película que vio es: «¿vale la pena verla?». Una pregunta que contiene una alta dosis de subjetividad tanto en el que da su opinión como en el que la recibe.

Una tremenda obra de Marcos López, el artista en cuestión.

No esquivemos más el bulto, si te interesa y tenés algún tipo de conocimiento de Marcos López te puede resultar interesante. Si no es así vas a durar media hora, con suerte, antes de volver a Netflix.

El documental consta en mostrar diferentes momentos de la vida cotidiana de López, no sólo como fotógrafo en algunas de sus producciones o en la preparación de un libro, también con su familia, con su madre, con su hija, en el dentista, en algún homenaje, en donde va abriendo ciertos momentos de su vida personal, de su historia familiar, de su pensamiento sobre el presente. También con referencias a algunas de sus obras conocidas.

A pesar de ser un fotógrafo multipremiado, reconocido, parece que los 60 años que varias veces recuerda que cumplió, no parecen haberle pegado de buena manera. Deja traslucir como cierta amargura existencial, con alguna dosis de cinismo y acidez, pero en sordina, en medio de una separación matrimonial por cuestiones profesionales.

Un documental que también puede resultar interesante para aquellos que buscan descubrir mundos, en este caso el de la fotografía, con una ventana que se abre para entrar en esas sesiones, en alguna aproximación sobre como funciona. En este caso con la particularidad de que es un fotógrafo artista de los que arman la escena, de los que la construyen y no van por el andarivel del naturalismo o la espontaneidad.

Si uno conoce y valora al personaje puede valorar al documental, interesarse por un personaje que habla a través de sus imágenes, pero al que no se conoce por sus palabras. Puede sentir cierta satisfacción voyeur.

Como decíamos líneas arriba, de no conocerlo, se le hará y no tener interés en la fotografía o el arte, probablemente vea un sucesión de momentos en cámara lenta de poco interés de un personaje que pese a su éxito profesional parece bastante amargado.

LEONARDO MARTÍN

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