FESTEJOS DEL 25 DE MAYO / Contrastes

Un repaso por los dos festejos del 25 de mayo. Por un lado, el presidente Macri junto a sus principales funcionarios en el Tedeum en la Catedral  con locro posterior. Por otro, el masivo festejo en la Avenida 9 de Julio  bajo el lema «la patria está en peligro».

Por LEONARDO MARTÍN

A 208 años de la conformación del primer gobierno patrio en el entonces Virreinato del Río de la Plata se festejó un nuevo 25 de mayo. En realidad, decir se festejó en singular no refleja genuinamente lo acontecido. Hay varios 25 de mayo que se festejan. Para algunos significa el recuerdo escolar del cabildo abierto, de la escarapela y que habilita darse una buena panzada de locro, comida estrella para esta fecha. También pastelitos, empanadas de carne cortada a cuchillo y algún que otro asado, pero lo cierto es que hoy predomina el locro como comida representativa de las mismas entrañas de la Patria.

Despejemos el análisis gastronómico. Es más interesante el análisis político de los 25 de mayo que  se conmemoraron. Al menos hubo dos, por lo menos para los que habitamos la zona metropolitana. Por un lado, el presidente Mauricio Macri yendo al Tedeum en la Catedral, luego con un almuerzo en la Quinta de Olivos. Por otro, una masiva movilización a la 9 de Julio con un duro mensaje opositor a las políticas económicas y al acuerdo en marcha  con el FMI.

El Presidente comenzó por la mañana en la Casa Rosada con chocolatada para sus principales funcionarios y algunas de sus esposas. Concluido el desayuno, atravesó una Plaza de Mayo cercada, rodeado de granaderos, pero lejos de una manifestación popular. Una celebración con foto para los medios y con videos rápidamente viralizados por las redes sociales.

Al habitual Tedeum del 25 de mayo fueron el Presidente con su esposa Juliana Awada.  También estuvieron Horacio Rodríguez Larreta y los principales funcionarios del Gabinete nacional. María Eugenia Vidal, el ancho de espadas electoral de Cambiemos, no estuvo. Su acto protocolar fue participar del Tedeum en La Plata, alejada del grueso de los flashes fotográficos.

El cardenal Mario Poli fue el hombre encargado de marcar la posición eclesiástica dejando algunas frases inquietantes para el elenco gobernante y haciendo énfasis con un firme rechazo al proyecto de legalización del aborto que hoy se está discutiendo arduamente en el Congreso.

Poli comenzó habló de “la indiferencia de los ricos frente a los pobres no pasa inadvertida ante Dios que sí se acuerda de los pobres y no olvida su clamor”. Continuó con otras líneas que habilitan interpretaciones críticas, “este pueblo que todo lo toleró sin perder la esperanza de un mañana mejor, confiando en una justicia distributiva largamente anhelada”.

Al tiempo no lo podemos someter, pero sí está en nuestras manos perseverar unidos en los objetivos por el bien común. Mientras dura ese proceso, el primer deber del Estado es cuidar la vida de sus habitantes, especialmente de los débiles, los pequeños, los pobres y marginados, los enfermos y los ancianos  abandonados, porque son los más pobres de los pobres. Cuidar la vida de punta a punta de la existencia es querer ser Nación” continuó Poli.

Mensajes que en estos tiempos, en la puertas de un fuerte ajuste económico, sonaron a advertencia por parte de la Iglesia.

El 25 de mayo oficial culminó con un locro en la Quinta de Olivos para todo el funcionariado y sus familias. Con cucharón en mano, encargado de servir el noble alimento, Macri afirmó, «todo pasa por ponernos de acuerdo, que sigamos construyendo esas bases sólidas que nos permitan crecer, no un año ni dos, sino 20 años seguidos y así derrotar definitivamente a la pobreza».

EL OTRO 25 DE MAYO – LA MOVILIZACIÓN AL OBELISCO

La 9 de Julio fue el escenario del otro festejo, pero más que festejo fue un enorme acto político en una fecha cargada de simbolismos. El lema de la convocatoria fue “la patria está en peligro” apuntando con toda la artillería al acuerdo que está negociando el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional. El acto demostró, además, la enorme movilización política que existe en nuestro país.

Los organizadores hablaban de un millón de personas, hasta llegaron a decir un millón y medio minutos después. Difícil calcular, pero lo cierto es que había una multitud a lo largo de la Avenida “más ancha del mundo”. Organizaciones sindicales, sociales, agrupaciones políticas, organizaciones de cooperativas y pymes y muchos ciudadanos de a pie colmaron pasando el mediodía la 9 de Julio.

El acto eminentemente político tuvo un perfil festivalero con diferentes grupos musicales con compromiso social y político. La referencia a los festejos del Bicentenario era evidente, una fecha muy simbólica en el relato del kirchnerismo como punto de quiebre en el humor social a comienzos de la década en un proceso que terminó con la reelección de Cristina con un 54% de los votos.

Dentro de los que fueron al acto estuvo gran parte de los funcionarios del anterior Gobierno, también legisladores actuales, referentes sindicales, madres y abuelas de Plaza de Mayo y algunos periodistas referenciados en el campo popular al igual que trabajadores de la cultura.

Al habitual elenco ligado al proceso político 2003-2015 se agregaron algunos de los que fueron parte del proceso, pero terminaron siendo abiertos opositores. Entre ellos Pablo Moyano, siempre acompañado de su guardia camionera, y estaba por allí, Alberto Fernández, con un perfil bajo eligió quedarse en los márgenes del corralito dispuesto alrededor del escenario.

El mensaje del documento consensuado fue demoledor con el Gobierno nacional y sus políticas expresando una larga lista de rechazos. No a las políticas económicas, no al FMI, no a los tarifazos, no al libre mercado y apertura de importaciones, no a la reforma previsional ni a la laboral en discusión, no al ajuste sobre los programas sociales, sobre la educación y la salud, entre algunos de los puntos destacados.

El documento, leído por los actores Paola Barrientos y Omar Núñez, concluía: “Somos un pueblo digno, con mucha memoria y sabemos de qué se trata todo esto que padecemos: el colonialismo neoliberal sólo puede ofrecernos un destino miserable para las mayorías populares. Por eso nos enfrentamos al gobierno de Mauricio Macri, por el camino de la democracia, en las calles y los haremos también en las urnas”.

Fue un 25 de mayo de contrastes en el momento político de mayor debilidad del Gobierno nacional a partir de “la turbulencia cambiaria” y de un ajuste que ha comenzado su marcha. No parece que se venga un escenario sencillo en el futuro próximo en la aplicación del ajuste. Hay sectores amplios de la sociedad argentina muy movilizados, organizaciones sindicales fuertes y un actor hoy con un peso político específico muy fuerte como son las denominadas organizaciones de la economía popular. Con el acuerdo del Fondo Monetario se abre un nuevo capítulo en el proceso político del macrismo, un capítulo que este 25 de mayo demostró que no será sencillo.

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