La economía argentina ha ingresado en una fuerte zona de turbulencia con devaluación del peso, una desesperada suba de tasas de interés y un comienzo de negociaciones con el FMI para lograr un crédito que logre mantener a flote el modelo económico del macrismo. El horizonte no es alentador, existe una tensión y volatilidad cambiaria amenazante con una devaluación que se puede profundizar. Para agregar un dato que genera mayor preocupación se viene para la próxima semana un voluminoso vencimiento de lebacs que de no lograr renovar exitosamente agrega un factor explosivo al presente económico.
Mariano Kestelboim es economista, tiene una participación muy activa en diferentes medios de comunicación tanto televisivos, radiales como gráficos. Además es docente en la Universidad de Avellaneda (UNDAV), institución que viene elaborando materiales muy interesantes sobre el devenir económico de nuestro país.
En diálogo con FM SECLA, Kestelboim se refirió al reciente anuncio del presidente Macri sobre la apertura de un diálogo con el FMI para lograr un salvataje de ese organismo. “El ministro Dujovne dice que es un Fondo Monetario Internacional distinto respecto de los años noventa, pero miente. No tiene nada de distinto, es el mismo de siempre. Sigue manejando los fondos de los países miembros que priorizan su interés y no el de la Argentina” disparó sobre la decisión.
“No vienen a hacer un salvataje, vienen a priorizar que la deuda que ha contraído la Argentina sea repagada y para que eso suceda hay que bajar el déficit de cuenta corriente, hay que ajustar el gasto público. Eso significa peores salarios, menores jubilaciones y peores condiciones de vida para la gente, menos obra pública, flexibilización laboral. Es un recetario muy duro que la economía argentina lo tuvo que aplicar en los noventa” recordó Kestelboim.
En 2006, Néstor Kirchner decidió cancelar la deuda con el FMI en una decisión tomada para ganar en margen de maniobra económica tras años de recetas propiciadas por el FMI que llevaron a la Argentina a la peor crisis de su historia en el 2001. “El Gobierno argentino hizo muy mal las cosas para tener que volver al Fondo” arremete Kestelboin. Dentro de las razones que generaron esta crisis y la necesidad de volver a acudir a este organismo describió:
“Este Gobierno, desde que asumió, comenzó a aplicar estímulos a la actividad comercial, a la financiera especulativa, a la agrícola exportadora, al sector energético, pero no aplicó estímulos a la industria y especialmente al sector pyme. Argentina terminó degradando su capacidad productiva, requiriendo cada vez más productos y servicios del exterior. Tuvimos el máximo déficit comercial desde la Convertibilidad en 2017. En 2018 se profundizó esa situación. En ese contexto los analistas internacionales ven el peligro de que no se pague la deuda. Cuando el Gobierno sale a pedir más dinero en el exterior los acreedores financieros le dicen no, además deciden retirar sus fondos de la Argentina generando esta corrida cambiaria donde en dos semanas perdió más de 4 mil millones de dólares. El Gobierno agotó los recursos soberanos por lo cual no le queda otra que caer en el FMI”.
Uno de los argumentos que sostienen los funcionarios del Gobierno nacional es que la suba de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos complicó el panorama argentino al aspirar los fondos especulativos retirándose de los mercados emergentes. El docente de la UNDAV relativizó esa situación. “La suba de la tasa de interés estaba dentro de lo previsto, la suba fue muy paulatina. Si comparamos con economías vecinas allí no ha habido pérdida de reservas. En Argentina, desde diciembre, el peso se devaluó el 30%. Ninguno de los país devaluó de esa manera ni tuvo que tomar las medidas de Argentina. Lo que pasa acá es propio de políticas económicas que estuvieron excesivamente orientadas a satisfacer al sector financiero y no promover a la actividad productiva” argumentó.
Inmediatamente hecho el anuncio, el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne viajó a Washington para comenzar a negociar el salvataje del FMI. “Es un crédito con puntos suspensivos, con cláusulas por si no se cumplen determinadas condiciones. 30 mil millones dólares (que es la cifra que trascendió que se negociará) son la mitad de las importaciones argentinas. Nadie te presta esa guita sin poner condiciones. Esas condiciones el Gobierno no las va a comunicar”. Condiciones que suelen incluir demandas para achicar el gasto público, bajar jubilaciones y pensiones, recortar el gasto social, flexibilizar las condiciones de trabajo.
Por último, se refirió a la posible evolución del dólar para las próximas semanas. “Lo veo muy inestable en los próximos días, con el Banco Central interviniendo en los próximos, con la tasa de interés muy alta en un contexto donde se va a dar el vencimiento más grande de lebacs de la historia argentina. Pienso que en este escenario, además, muchos inversores seguramente dolarizarán sus recursos” finalizó.