EL DRAMA DE UN CLUB DE BARRIO / Los reiterados robos a Vías del Sur

En los últimos tres meses la actividad del club de barrio Vías del Sur ubicado en Villa Pobladora, Piñeyro, se ha visto afectada por una lamentable sucesión de hurtos. En las primeras ocasiones fueron elementos del buffet, dinero de las recaudaciones del alquiler de las canchas y algunos elementos del salón como ocurrió con un televisor. Luego la situación se fue complicando porque comenzaron los robos de las luminarias de las dos canchas que tiene el club. Un situación indignante en una institución de barrio en el cual hacen actividades más de 400 chicos y adultos a lo largo de la semana.

Tuyú 1645 es la dirección de Vías del Sur. Un club fundado pocos años atrás, pero que en poco tiempo logró desarrollar una nutrida actividad que incluye baby fútbol, handball, patín artístico, boxeo, artes marciales, acrobacia sobre telas y escuelita de fútbol. Un espacio de contención y de unión para los chicos y para el barrio desarrollando una actividad sana y formativa como es la deportiva.

Lamentablemente, hoy el club atraviesa una situación muy compleja porque los robos son reiterados y con elementos que hacen a su funcionamiento cotidiano como son las luminarias de las canchas. Primero fueron robadas luces leds compradas con el esfuerzo del club, luego las luces que el municipio de Avellaneda había donado ante ese robo.

Martín Giménez es el presidente de Vías del Sur. En diálogo con FM Secla comentó sobre la situación que vive el club con una mezcla de bronca y tristeza. «En una semana nos habían robado ocho veces. Estamos linderos a la vía que hoy es tierra de nadie (la atraviesa un tren de carga operado por la empresa Ferrosur). Un tiempo atrás teníamos a la Gendarmería que le prohibía el paso a la gente que venía del barrio Zavaleta de Capital»  cuenta el dirigente del club barrial.

«Nos están robando, lamentablemente, son pibes que están arruinados por el paco. Nosotros agarramos a uno, lo apresaron y al día siguiente lo soltaron» agrega Giménez.

«Tengo miedo que no las vuelvan a robar. Luego del primer robo la Municipalidad nos instaló unas luces más potentes que nos duró solo una semana porque nos volvieron a robar» se lamenta.

Estos se dan por la noche, en donde los ladrones saltan el paredón junto a la vía en una zona que no tiene tránsito de gente ni custodia. Esto les permitió ingresar sin mayores inconvenientes en las primeras ocasiones. A partir de los primeros robos se fueron sumando algunos elementos para la seguridad como la instalación de la cámaras, pero la situación, lejos de mejorar empeoró. Comenzó el robo de luminarias que es lo más costoso.

Martín Giménez con tono amargo describe: «Tenemos alarma y cámaras de seguridad, pero no podemos prevenir los robos. En uno de los últimos robos me quedé mirando toda la noche a las cámaras porque sabían que podían venir a robar y, al final entraron. Llamé a la policía que tardó media hora en llegar cuando el ladròn se había escapado«.

«Toda esta situación me causa mucho dolor porque es un club de barrio, hacemos un gran esfuerzo todos los días para que vengan los chicos, no les falte nada, sacarlos de la calle y, lamentablemente nos toca enfrentarnos a esta situación» remata Giménez.

 

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