ENTREVISTA / Silvina Martino: «El Hospital Fiorito está en condiciones infrahumanas»

La madre de Silvina Martino sufrió un ACV el sábado por la noche y su propia hija contó en «Sin Filtro», programa de Juan Manuel Siniscalchi que va de lunes a viernes de 10 a 12, el sufrimiento que tuvo que pasar para salvarla debido a los problemas que atraviesa el Hospital Provincial Fiorito de Avellaneda y la salud pública en general. Conocé su historia.

El sábado por la noche, la familia de Silvina notó los síntomas de un ACV en su madre y allí comenzó todo:«Mi mamá tuvo un ACV y mi hermana la llevó al hospital Fiorito. Tocó timbre en la guardia y no atendían. Volvió a mi casa y llamó a VITAL emergencias para pedir una ambulancia. Le tomaron la presión y nos dijeron que hay que llevarla al hospital. Vamos al Fiorito, entra a la guardia y a partir de ahí empieza a desencadenarse todo lo protocolar», empezó contando y siguió: «El médico dice que necesitan una tomografía y el tomógrafo no funciona. Hablamos con PAMI y no había ambulancia para llevarla desde el Fiorito. No había posibilidades de traslado. Tuve que ver si podía conseguir ambulancia y tomógrafo de manera particular porque cuando uno tiene un ACV las primeras horas son cruciales para salvarse».

Los problemas continuaron con el servicio de salud PAMI: «Cuando logro hablar con PAMI y consigo una derivación, empezamos con el ‘teléfono descompuesto’. Nos decían que desde el Policlínico del Vidrio, que está en Quilmes, había sido derivada y que el primero llamaba al hospital y que no atendía. Estuve con los enfermeros y los médicos y me mostraron que no sonaba el teléfono». Además, agregó que: «Tuve que googlear el teléfono del policlínico de vidrio porque PAMI me dio mal el teléfono. Cuando logré comunicarme con administración, me dijeron que sí había sido derivada, pero que la médica de guardia la había rechazado. Me preguntaron quién era, les dije que la hija de la paciente, a lo que contestó que nunca la había llamado un paciente, sino que tenía que llamar el hospital».

La historia continúa gracias a un médico del mismo Hospital Fiorito: «El doctor Rodríguez, que estaba de guardia, me atendió y le pidió por favor al medíco del policlínico del vidrio que le hagan una tomografía, que no la recibieran como paciente, que él la volvía a recibir, pero estaba el problema de la ambulancia». Para quienes se preguntan por qué no la llevó en su auto particular, Silvina respondió: «No podía llevarla en el auto porque el médico me dijo que si yo la llevaba y a mi mamá le pasaba algo, no me lo iba a perdonar en mi vida».

«Volvimos a llamar a PAMI para saber si podían correr con los gastos de una ambulancia para hacer un traslado. Volvió a intervenir el médico de guardia pidiéndole otra vez por favor a la doctora Maggi que se hicieran cargo de la ambulancia. A las 4 de la mañana del domingo pude irme hasta Quilmes con una ambulancia del PAMI y volver al Fiorito», dijo la entrevistada para cerrar la historia ya el domingo por la madrugada.

Al ser consultada por el estado del hospital, respondió: «Ésta no es una realidad de la guardia nada más. Los médicos no tienen insumos básicos como una aspirina. No tienen la posibilidad de darle la medicación a los diabéticos, como es mi caso. Yo me estoy haciendo cargo de los gastos médicos de mi mamá», pero no son solamente los gastos: «Ni hablemos de la higiene. Saqué fotos de todo. Mi mamá está al lado de una señora mayor con problemas respiratorios en una habitación llena de humedad y telas de araña. Están en condiciones infrahumanas. No se pueden bañar porque no hay agua caliente. Los vidrios están rotos, está todo sucio, hay telas de araña, las paredes están llenas de humedad».

Silvina explica que pudo conversar con los superiores: «Pude hablar con la jefa de internación y ellos mismos me explicaron que están haciendo denuncias porque, por ejemplo, no solamente no hay ambulancias y no funciona el tomógrafo, sino que tampoco toman sangre porque no hay reactivos. No hay medicación mínima»

Con respecto a los insumos, también contó que están en falta: «Le tuve que llevar almohadas a mi madre porque no tenían. Le tuve que llevar abrigo y sábanas. No hay acolchado. Yo lo pude hacer y eso que llevé lo voy a dejar, pero hay muchísima gente que no tiene a nadie que lo ayude de esa manera. No tienen pañales ni gente que los pueda asear». Luego agregó que también falta personal: «A mi mamá la llevé yo en la silla de ruedas porque no hay enfermeros. Estando internada en la guardia, la trasladaba yo a hacerse las placas».

A pesar de todo, no le echó la culpa a los médicos, sino a sus superiores y a las autoridades provinciales de las que depende el Hospital Fiorito: «No me puedo quejar de los médicos. Ellos hacen lo imposible. Acá el problema es por arriba de los médicos. Ellos también trabajan en esas condiciones. No puede ser que uno les esté diciendo que hay que salvar vidas cuando ellos no tienen los elementos mínimos. Hay colchones adentro de los baños que están apoyados en basura».

 

 

 

 

 

 

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FOTOS Y VIDEO: SILVINA MARTINO.
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