Un 26 de junio de 2002, en días donde la Argentina atravesaba la peor crisis económica de su historia, fueron asesinados los militantes sociales Darío Santillán y Maximiliano Kosteki tras una persecución policial que comenzó en las inmediaciones del Puente Pueyrredón y culminó en la Estación Avellaneda de trenes.
Como suele ocurrir en estas fechas, organizaciones sociales y políticas recuerdan esa jornada que además de las muertes de Kosteki y Santillán bajo las balas policiales también tuvo otros heridos de gravedad.
Este miércoles 25 de junio realizaron un festival con la participación de diversas bandas musicales y radio abierta a modo de vigilia. Este 26 las organizaciones concentraron sobre la Avenida Hipólito Yrigoyen a la altura de la rebautizada Estación Kosteki Santillán. Entre algunas de las organizaciones estuvieron el Movimiento de Trabajadores Revolucionarios (MTR), el Partido Obrero (PO) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), junto a las otras fracciones que integran el Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT)
Por su lado, ya como es habitual, el Ministerio de Seguridad Nacional desplegó un desmesurado operativo policial cortando Yrigoyen con decenas de efectivos de la Federal, Gendarmería y Prefectura. A ello sumaron la presencia de carros hidrantes.
Las organizaciones querían hacer un acto en el Puente Pueyrredón, pero con una negativa policial a que se realice. El operativo que busca evitar el corte es que termina realizando el corte.
LOS HECHOS
En la fría mañana del 26 de junio de 2002, como era habitual en ese período, miles de personas se manifestaban en el Puente Pueyrredón (Avellaneda) para reclamar por trabajo y programas que aborden la problemática social en medio de la crisis económica de aquellos años.
El ambiente venía enrarecido por un supuesto informe de inteligencia que planteaba una insurrección piquetera. El entonces Gobierno nacional, encabezado por Eduardo Duhalde, junto a la gobernación bonaerense entonces a cargo de Felipe Solá, decidieron avanzar con una brutal represión que estuvo a cargo de la Policía Bonaerense que terminó en las ejecuciones mencionadas.
Tras un cruce debajo del Puente Pueyrredón las columnas se replegaron en dirección a la Estación de Trenes. Allí fueron asesinados Kosteki y Santillán, dos jóvenes militantes, mientras buscaban auxiliar a otros manifestantes.
Aunque en 2006 se condenó a los policías Alfredo Fanchiotti y Alejandro Acosta como autores materiales, y en 2014 se responsabilizó a exfuncionarios como Eduardo Duhalde y Felipe Solá (este último absuelto en 2021), las sentencias no lograron desarticular las estructuras políticas y policiales responsables.