La jueza titular del Juzgado de Familia N° 5 de La Matanza, Maite Herrán, fue entrevistada por la Dra. Verónica Ottaviano en una nueva edición de Se Hará Justicia. Entre los temas abordados, la tarea del servicio de justicia en un tema delicado como son los casos relacionados con la familia, la implementación de los cambios tecnológicos, la perspectiva de vulnerabilidad y su flamante libro, «Familia, vulnerabilidades y justicia en la era digital».
«Tenemos muchísimas causas, nos falta un montón desde lo edilicio, hasta la seguridad desde el propio lugar donde trabajamos, pero le ponemos todo el compromiso para que las causas salgan adelante», comienza la charla Maite Herrán, jueza titular del Juzgado de Familia N° 5 de La Matanza, del cual está a cargo desde el 2019.
Herrán acaba de editar un libro en marzo pasado con el título «Familia, vulnerabilidades y justicia en la era digital», donde aborda diversos temas desde su amplia experiencia.
«Trate de resumir lo que está siendo mi paso por la Justicia como mi experiencia académica y como docente universitaria. El libro vuelca todas las cuestiones que suceden en la Justicia abordando todos los cambios tras la pandemia. Todo lo que se ha modificado, los cambios en proceso, las nuevas formas de violencia digital, qué pasa con la inteligencia artificial. Todos los nuevos desafíos que se nos presentan y tenemos que encarar», resumió Herrán.
Para la Justicia argentina, como para muchos otros sectores de la sociedad, la pandemia de coronavirus produjo una aceleración de los cambios con la implementación de las herramientas digitales.
«Hay un cambio de paradigma«, sintetizó.
«Hay resistencia aún, pero tenemos que seguir trabajando. Hoy la prestación del servicio de justicia se digitalizó completamente, heredamos muchos expedientes en formato papel que tenemos aún en el edificio y para los cuales pedimos su traslado. Son expedientes que ya están digitalizados», apuntó y marcó que el objetivo es «despapelizar».
«Hay muchas cosas que se pueden automatizar», sostuvo pero advirtió que «va a seguir siendo imprescindible la mirada humana y en la particularidad de cada uno de los casos«.
Por otro lado, se declaró una «acérrima defensora de las audiencias virtuales«.
«Las implementé durante la pandemia. Uno sabe si la audiencia virtual es suficiente, ahí sí se hace presencial. Para los abogados tener una audiencia desde el estudio jurídico es una comodidad. Si algo no cierra con la virtual, realizamos una presencial», aclaró.
LA PRESTACIÓN ALIMENTARIA Y EL SÍMBOLO DEL UNICORNIO DEL JUZGADO
Herrán también se refirió a cuestiones jurídicas de un tema sensible como es el de familia: «Hoy el cuidado compartido se presume y lo ideal es que sea compartido, que haya una coparentalidad. Antes el Código Civil decía que hasta los cinco años la tenencia era de la madre y eso se modificó. Los cambios son una manifestación de la perspectiva de género y las distintas conformaciones familiares que se nos presentan».
«La prestación alimentaria solo se presenta si hay una diferencia en la capacidad o potencia de los distintos progenitores. El cuidado personal puede ser atribuido a uno de los progenitores, aquellos con los que comparten menos tiempo va a tener una obligación alimentaria«, puntualizó.
A ello añadió que más además de la perspectiva de género tiene que haber una «perspectiva de vulnerabilidades«.
«Es necesario tener un enfoque visualizando en los que son los más débiles en una situación», aclarando que en determinados conflictos «hay muchos derechos que pueden superponerse».
«Los enfoques son transversales, con diferentes derechos en juego a lo que hay que tratar de armonizar y con los que ser prudentes, ser amplios y componedores«, concluyó.
Por último, hizo una mención a distintivo del juzgado que encabeza que tiene a un unicornio como símbolo. «Nació como un proyecto para que los chicos y chicas que vienen al juzgado se sientan un poco acompañados cuando vienen a charlar conmingo o con el equipo técnico y que no sea solo una fría cédula de notificación que sea amigable. Por suerte tuvimos una excelente recepción».
Hay muchas cosas que se pueden automatizar, en lo que vamos a seguir siendo imprescindible la mirada humana y en la particularidad de cada uno de los casos.
Soy un acérrima defensosa de las audiencias virtuales, las implementé durante la pandemia. Uno sabe si la audiencia virtual es suficiente, ahí sí se hace presencial. Para los abogados tener una audiencia desde el estudio jurídico es una comoidad. Si algo no cierra con la virtual, realizamos una presencial.