Por Leonardo Martín
30 de diciembre de 2004. Lo que podría haber sido un día más en el calendario, en el habitual frenesí de un final de año, terminó siendo una fecha que marcó a una generación, a Buenos Aires y un poco a la Argentina también.
Pibes y pibas que iban a ver un recital, a una banda en ascenso como Callejeros, a un lugar que era relativamente nuevo como Cromañón, terminó de la peor manera. 194 muertes evitables, otros tantos que llevan esa marca de por vida. Fecha parteaguas.
Recuerdo las imágenes de la televisión de esa noche. El móvil de Crónica llegando y contando rápidamente lo que ocurría, los heridos, los primeros muertos. El tiempo y las imágenes corriendo. Lo evidente, una tragedia enorme.
Lo propio y lo ajeno. De esos años hay que pensar lo que éramos como público, pero principalmente la desidia, la corrupción, la ambición por ganar mucha guita de aquellos que debían cuidar a ese público.
Las bengalas y la pirotecnia. El público como protagonista de los shows. Cuanto más mejor, no importaba si el lugar era cerrado o abierto, si quemabas al de al lado. Se discutía eso en la época, pero era una práctica de muchas bandas y parte del espectáculo
Ese público es también el que entró a sacar desesperadamente a sus amigos y familiares y dejó su vida allí.
Ahora, la principal responsabilidad fue, es y será del Estado. De los funcionarios, de los inspectores, de la Policía, de los fiscales, de todos los responsables de generar las condiciones que evitaran Cromañón. No ocurrió. Corrupción y desidia. Las habilitaciones que no debían ser. Los controles que fallaron.
En una entrevista una sobreviviente nos contaba que la gestión de Ibarra había desarmado todo un sistema de controles en esos meses previos. No voy a abundar sobre las consecuencias políticas de esos días porque también son evidentes.
Las marcas. En lo personal me pasa con frecuencia al ir a ver un show de acordarme de Cromañón, de ver si hay evacuación rápida, de ver como se cuida al público. A veces se aprende de la peor manera.
30 de diciembre de 2004. Fecha dolorosa si las hay. La tragedia y el cierre de una época. Cromañón, 20 años.