Jorge Calzoni, rector de la UNDAV: «Estamos con una preocupación enorme»

Por Leonardo Martín

La situación de las 55 universidades nacionales es sumamente delicada por el congelamiento presupuestario que decidió el Gobierno nacional de Javier Milei en un contexto de la inflación más alta en tres décadas, devaluación y con una suba acelerada adicional de los servicios públicos. Rectores de diversas casas de altos estudios han manifestado que con los recursos actuales no podrán funcionar más allá de mitad de año. Además de plantear que afecta en modo severo programas de investigación y extensión universitaria.

El ing. Jorge Calzoni, rector de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), en diálogo con Portal Sur expresó su preocupación por el congelamiento presupuestario, por el ataque a lo público y se lamentó que programa de ajustes de estas características afectan los procesos educativos en el mediano y largo plazo.

Están atravesando una situación muy compleja las universidades por el congelamiento presupuestario anunciado por el Gobierno, ¿cómo está la UNDAV en ese duro contexto?

Es una situación muy compleja, lamentablemente venimos con un presupuesto prorrogado que fue aprobado en 2023 y elaborado en 2022, que tiene cargado los incrementos salariales hasta diciembre y donde se incorporó un 16% de aumento de los sueldos de febrero. Hay distintos parámetros que están distorsionados, uno de ellos es el salario docente y no docente que lo están peleando los gremios que tienen un desfasaje con la inflación en los últimos tres meses.

También hay también un problema de costos generales con el transporte, el tema becas, aparentemente se reactivan las becas Belgrano lo cual es una buena perspectiva para que los chicos puedan continuar. El costo del transporte es una dificultad, la Provincia está trabajando en el Boleto Estudiantil lo que es bueno.

Por otro lado tenemos los gastos de funcionamiento, se habló de un incremento del presupuesto del 67/70% (anunciado días atrás) que estamos esperando que es sobre los gastos de funcionamiento que representan al 5% del presupupuesto y a un 3% del total. Con el incremento de la tarifa eléctrica, eso significa un 30% de nuestro presupuesto. A eso hay que sumarle todas las plataformas digitales que con la devaluación aumentaron a más del doble. Lo que nos pasa a nosotros les pasa a todas las universidades.

¿Hay estrategias en común entre las diversas universidades?

Tenemos un Consejo de Rectores que trabaja muy bien y son los que van trabajando esto con las autoridades de educación para encontrar salidas y respuestas a las distintas problemáticas. Estamos una situación particular porque con el cambio de gobierno siempre hay demoras en la toma de decisiones, pero ya estamos en un momento donde empezamos con una preocupación enorme.

¿Cuál piensa que es el objetivo del Gobierno? ¿Cerrar universidades, achicarlas, avanzar con un arancelamiento?

Yo no lo sé, habría que preguntarle a las actuales autoridades. En principio te digo que la universidad pública argentina tiene un enorme prestigio a nivel regional e internacional. Creo que dentro de lo que ellos llaman la batalla cultural está desacreditar todo lo público. Eso es lo que me preocupa desde el punto de vista cultural y me preocupa no tanto lo que piense el gobierno, sino lo que la sociedad consuma en este tiempo. El impacto de la pandemia y un montón de cosas que han sucedido hace que se ponga en debate todo lo público lo que no está mal, pero se pone en cuestión la existencia de lo público y ahí vamos a tener otro tipo de problema. Mi impresión es que es un gobierno dogmático en ese sentido y que tiene un posicionamiento de tipo ideológico muy fuerte.

Recordaba e iba hacia el pasado, un momento donde se dio un ataque muy fuerte a la universidad fue con el Gobierno de la Alianza y Ricardo López Murphy recortando presupuesto. Esto es peor aún. Es cierto que no existía la UNDAV aún en aquella época.

El mecanismo es fuerte, muy heterogéneo, con universidades de diferentes escalas y territorios, pero funciona integradamente con sus más y sus menos, muy democrático. Hay esquemas de debate y discusión, hay acuerdos y desacuerdos con los cuales hay mecanismos para resolverlos. Tenemos que encontrar mecanismo para garantizar el financiamiento, el presupuesto lo decide el Congreso, pero al no haber presupuesto queda sometido a la arbitrariedad del Poder Ejecutivo con un proceso inflacionario que lo hace más trágico.

¿Qué pasa en las reuniones con las autoridades?, ¿hay respuestas? ¿tienen con que hablar?

El presidente y vicepresidente mantienen reuniones periódicas con las autoridades de educación. Diálogo hay, pero todavía no aparecen todas las respuestas porque también dependen de otras áreas como economía. Hay diálogo, pero no hay respuestas que esperábamos.

¿Qué están viendo en el alumnado? Los estudiantes llegan en un contexto muy adverso

Para colmo fue un inicio muy accidentado porque las fuerzas del cielo nos atacaron con todo. La gente del buffette nos dice que el chico que antes comía el plato del día hoy como un sandwich y el que comía el sandwich como un turrón y que el que comía un turrón no come nada. Hay problemas con el transporte y procesos que se empieza a ver con la pérdida de empleo privado, que es lo que nos cuentan los chicos. En 2016 hubo un proceso parecido que impacta en las cursadas, la experiencia indica que baja la matrícula en una primera instancia y que después se incrementa.

Esperemos que en algún momento se revierta esta curva. Las encuestas marcan eso, la resignación con falta de expectativa.

Mucha de esta juventud acompañó y votó a Milei, ¿cómo trabajar para revitalizar lo público?

Hay algo raro que sucede, muchos dicen «yo lo voté porque no va a hacer lo que dice», las cosas suceden y es un problema. Entiendo que hay cosas de las cuales no se vuelve. En ciencia, tecnología y educación los procesos duran años, una cohorte dura cuatro o cinco años. Las reformas de los noventa impactaron en el 200, como con las escuelas técnicas. Hay una dificultad enorme. Yo no cuestiono el voto, pero sí hay que tratar de interpretar, hay un hastío y hay cuestiones que tienen una profundidad. El núcleo duro de MIlei nunca pasó el 30%, pensar que tiene el 56% es un error. Lo que deberíamos analizar es cómo hacer para lograr mayorías y llevarlas adelante.

Nunca los ajustes le hicieron bien a nadie, hay que pensar otro tipo de cuestiones más creativas, no hay que ser muy inteligente para bajarle el sueldo a los jubilados o docentes. Vos generás más ingresos o bajas gastos, hay un momento donde bajar gastos hace que te colapse todo. La paralización de obra pública, los chicos de arquitectura hoy tienen problemas así como los técnicos, agrimensores, entre muchos otros, que ya sobre el final de sus carreras se sumaban a obras. Veremos hasta donde se tensiona y llega todo esto.

 

 

 

 

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