Arrancaron los trabajos de remodelación de la histórica «Casa de la Estación», ubicada en Av. Sabin entre 362 y 363, en Ranelagh. Este espacio fue cedido por Trenes Argentinos para ser convertido en un Complejo Cultural municipal orientado a las infancias, al cuidado del ambiente y a la sustentabilidad.
El intendente, Juan José Mussi, participó de la presentación de las obras que la Municipalidad ya está realizando en el lugar.
Allí, el secretario de Cultura y Educación, Federico López, explicó de qué trata la iniciativa que -a su vez- forma parte del Proyecto municipal Estaciones: «Mediante Estaciones, tenemos el objetivo de ir generando vinculaciones en todas las Estaciones ferroviarias de la ciudad, con espacios que tengan distintas perspectivas. En este caso puntual, es un lugar con un gran valor patrimonial e histórico porque era la casa del jefe de Estación de Ranelagh, que ahora el Municipio está recuperando para ponerlo en valor».
Del mismo modo, López desarrolló: «Con la decisión política del intendente, Juan José Mussi, pensamos este lugar como un espacio para las infancias, para que la familia pueda venir en todo momento y vincularlo con el parque que lo rodea. Se trata, en definitiva, de ponerlo al servicio de la ciudadanía».
A su vez, la arquitecta de la Secretaría de Obras Públicas, Ana Insiarte, especificó: «La Casa cuenta con cuatro habitaciones que hacen un total de 120 metros cuadrados y la idea es vincular el interior con el exterior -que es el parque-, porque se pretende que se puedan desarrollar actividades simultáneas, tanto adentro como afuera, y que los niños elijan qué recorrido hacer».
De esta manera, la Casa de la Estación tendrá entre sus principales objetivos convertirse en un nuevo Complejo Cultural Municipal centrado en una educación ambiental lúdica, destinada a las infancias para llegar a toda la ciudadanía; vincularse con las instituciones locales para potenciar el trabajo desarrollado por el Municipio; ampliar el compromiso y la responsabilidad del cuidado del ambiente a partir de la modificación de hábitos y prácticas cotidianas; encontrar nuevas formas de relacionarse con la naturaleza (de manera más horizontal); y reflexionar sobre la cultura del descarte, promoviendo el consumo responsable de energías, la separación de los residuos sólidos urbanos y la preservación de los espacios públicos.