Racing venció 1 a 0 a Independiente con un gol del Demonio Hauche en un desarrollo del partido donde justificó la victoria. La Academia festeja la extensión de una racha favorable en el clásico, el Rojo profundiza su crisis institucional y deportiva.
Fue todo alegría para Racing. Con un tempranero gol de chilena de Hauche (una pesadilla recurrente para el Rojo) se impuso ante un Independiente a la deriva, sin respuesta, con errores defensivos groseros y anemia al momento de generar ocasiones de gol.
¿Por qué lo ganó el conjunto de Fernando Gago? Por tener una línea de juego más consolidada, por actitud y confianza. Fue un equipo más ordenado y sobre todo en la primera etapa tuvo una amplia superioridad. Pudo haberse ido al entretiempo de no ser por el penal que malogró Enzo Copetti estrellando el remate en el poste. En el complemento se replegó, perdió la iniciativa, pero salvo algunas aproximaciones mantuvo al Rojo lejos del arco del Chila Gómez.
¿Por qué lo perdió Independiente? Por los gruesos errores defensivos, por la falta de imaginación para elaborar juego en un equipo se ha acostumbrado a la derrota en el último período. Pésimo primer tiempo, excepto los minutos iniciales, y un complemento donde ganó terreno con cambios que favorecieron (Pozzo y Cazares), tuvo más la pelota, pero nunca dio la sensación de poder llegar con peligro. Tuvo un remate del Chucky Ferreyra y una que resuelve más Vigo, no mucho más que eso.
En conclusión, una victoria necesaria para un Racing que venía con algunos vaivenes y que consolida un gran presente en los clásicos. En la vereda de enfrente todo es crisis, desazón y nula expectativa para el presente y futuro próximo. ¿Qué pasará con Domínguez? ¿Qué ocurrirá con la vida institucional del club? Todos son interrogantes dramáticos en la vereda roja de Avellaneda.
