Hugo Caruso: “Avellaneda es una de las ciudades más importantes en cuanto arte y educación”

Referencia ineludible de la cultura de la ciudad, el ex funcionario municipal habló en Portal Sur Radio (FM SECLA 106.1) e hizo un repaso histórico de los hitos más importantes en esta materia, además de brindar su visión política y social para el futuro del municipio.

Nota: Pedro Ezequiel Fernández /
Entrevista: Leonardo Martín y Pedro Fernández en "Portal Sur Radio" Fm Secla 106.1

Hugo Caruso es uno de los intelectuales de referencia en la cultura de Avellaneda. Ex funcionario municipal, también dedicó su vida al estudio del peronismo (ha publicado sendos libros a las figuras de Perón y de Evita) y a la actividad cultural, cuyo reconocimiento a su trabajo le ha valido tener un Centro Cultural con su nombre en el viejo mercado de abasto municipal. Una leyenda viva.

Con motivo de un nuevo aniversario de la fundación de Avellaneda, Caruso dialogó con «Portal Sur Radio» y brindó su opinión sobre cómo ve históricamente al municipio en cuanto a cultura y educación:

“Avellaneda es una de las ciudades más importantes en cuanto a arte y educación. Es la primera ciudad que construyó el primer jardín de infantes en la provincia en el año 1943 en Piñeiro, de los 39 que tiene la municipalidad actualmente. También Avellaneda es la primera en tener los institutos de arte como el IMEPA (instituto municipal de educación por el arte) – de enseñanza terciaria-, los centros de apoyo primario, el sistema de formación profesional y la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV); por eso digo que es una gran ciudad de arte, cultura y educación. A esto hay que sumarle el Teatro Roma, uno de los más importantes de la Argentina. En todos los barrios hay una gran actividad con los centros culturales, los clubes sociales, centros de jubilados, y que ahora se suma el nuevo centro cultural de la Estación. En fin, este 7 de abril se cumple un gran aniversario porque Avellaneda, además, ha sido nombrada por ley como Capital Nacional de Fútbol, que habla también de nuestra identidad.

Caruso también repasó el destino que unió al peronismo y a Avellaneda, dos de sus pasiones:

“Los frigoríficos, las curtiembres, las barracas, comienzan a instalarse a principios del 1900, toda la industria que rodea al negocio de la carne y derivados principalmente. A mediados del siglo XX ya era un centro industrial muy importante.

“Por eso el 17 de octubre de 1945 pasó por Avellaneda, por el viejo puente y por sobre las vías del ferrocarril rumbo a la plaza. El peronismo no solo cambió Avellaneda, cambió la Argentina. Así como el radicalismo hizo ingresar a la clase media a la zona de participación política, el peronismo les dio a los trabajadores una importante participación política y social y generó una cantidad de elementos sociales que tienen que ver con la vida no sólo de trabajadores sino del país. Por enumerar en el caso de los trabajadores: convenios colectivos, vacaciones, aguinaldo, y lo que tenga que ver con la defensa de la dignidad de su vida laboral. Había también una formación continua, y el peronismo fue construyendo una cantidad de escuelas primarias (donde renovó las de chapa y las hizo de material), escuelas secundarias y la universidad obrera que hoy es la UTN».

Consultado por el futuro de Avellaneda y las gestiones municipales, el ex funcionario agregó:

“Avellaneda creció muchísimo con Jorge Ferraresi, también lo hizo con “Cacho” Alvarez, se hicieron muchas obras (hablando siempre del peronismo), pero con Ferraresi realmente se ha transformado la ciudad. A mí lo que me gustaría es que Avellaneda sea lo que fue siempre un municipio pujante, que su sistema educativo cada vez esté más fuerte y perfeccionado, que ningún chico esté fuera del jardín de infantes ni de las escuelas primaria y secundaria, ni de esa excelencia educativa: la universidad, que ha agregado miles de estudiantes al sistema educativo. Y luego está el otro tema, el de generar empleo. Porque además de darle de comer, hay que darle trabajo a los habitantes, que es el que hace a la satisfacción espiritual para desarrollar su vida.

“Hay que pensar en la gente. Nuestra gestión en los 90´ como en los 2000, jamás sacó a un maestro de su lugar de trabajo. Siempre se hicieron los concursos docentes año por año, defendiendo la dignidad del docente, que es una de las patas fundamentales de la educación. Nosotros hacíamos esto, sumábamos la parte artística, en comunión o en comunidad, con docentes, artistas, vecinos, buscando el mejor sistema que tenga que ver con la vida en ese lugar, ese barrio, ese centro cultural o centro de jubilado. Un trabajo de domingo a domingo y había que estar. Siempre fue un honor. Con ese honor la responsabilidad; y a ésta el compromiso. El compromiso de atender siempre las necesidades de la gente. Es muy importante reconocer que no tenemos la verdad, pero si la intención de hacer las cosas mejor. Defendiendo lo que está bien para corregir lo que está mal.”

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