A los 90 años, este domingo falleció Carlos Menem. Presidente en dos oportunidades, entre el año 1989 y 1999, es el máximo símbolo político de la década del ´90 signado por la Convertibilidad y la estabilidad monetaria, las privatizaciones, el alza del desempleo con una consecuente crisis social, la corrupción y un tono farandulesco de la política que hasta allí no tenía. Para otros fue un modernizador de la Argentina durante esos años. Esto entre muchos aspectos analizables de un década que aún genera muchos debates.
En los últimos meses venía con serios problemas de salud por lo cual había estado internado en grave estado. Sus restos serán inhumados en el Salón Azul de la Cámara de Senadores en donde aún tenía una banca. Desde todo el arco político expresaron sus condolencias a la familia del ex presidente.
Menem tuvo una extensa trayectoria política que tuvo su momento de máximo protagonismo tras ganar las elecciones presidenciales de 1989 y lograr la reelección en 1995. Previamente había sido gobernador de La Rioja, posteriormente fue Senador durante desde el año 2005.
Llegó a la presidencia en 1989 prometiendo «la revolución productiva» y el «salariazo», esgrimiendo las banderas históricas del peronismo, pero después tomó un camino otro camino. Se alineó al Consenso de Washington e implementó políticas neoliberales.
Sancionó la Ley de Reforma del Estado que habilitó las privatizaciones de Segba, Gas del Estado, Aguas Argentinas, YPF, Aerolíneas Argentinas, entre tantas otras que llevó adelante.
Implementó el 1 de abril de 1991 el Plan de Convertibilidad por el cual estableció una paridad del peso con el dólar, el famoso 1 a 1 que permitió bajar la inflación tras años de índices altísimos y con la apertura de importaciones inundar el mercado interno de productos extranjeros a precios accesibles. La contracara fue la destrucción del entramado industrial argentino.
El 1 a 1 también abarató el turismo internacional por el cual miles de argentinos vacacionaron en el exterior, conocieron Brasil, el Caribe y Europa mientras, paralelamente, la situación social se deterioraba aceleradamente con altos índices de desempleo y pobreza creciente.
Para algunos, fue la inserción de Argentina en el mundo en un período donde la globalización había explotado, de una modernización del país, pero lo que se registraba era un proceso creciente de endeudamiento externo y un alineamiento del país con Estados Unidos.
También fue una época de fuertes escándalos por corrupción, por los cuales Menem y muchos de sus funcionarios fueron acusados.
Una figura controvertida, que tiene quienes lo reivindican y tantos otros que asocian su figura a muchos de los males del país de los cuales aún no se pudo recuperar.
La historia seguirá juzgándolo. Menem ya es historia.
