Kicillof / El romance de Clarín con el PRO: episodio cinco mil

Por Axel Kicillof*

Suele decirse que las comparaciones son odiosas. No sé si siempre lo son. Pero cuando son mentirosas, seguro son una verdadera canallada.

En una nota aparecida ayer, “sutilmente” titulada “El costo de la pandemia. Larreta gastó el doble que Axel Kicillof por habitante pero tiene 31 % de internados del GBA”, el diario Clarín nos hace un favor: termina de exhibir cuál fue el punto que se intentó demostrar desde que se inició la pandemia.

Fui a menudo acusado de ser agresivo, violento o desubicado cada vez que mencioné la situación sanitaria de la CABA. Mi explicación fue siempre la misma: estoy obligado a hacerlo, porque ciertos sectores se dedicaron todo este tiempo a sostener que en la Provincia se hace todo mal mientras que la Ciudad hace todo bien. Querían convencer a su público de una infantil afirmación: “Axel malo, Larreta bueno”. Esta intención queda ahora definitivamente demostrada con esta nota tan sesgada como malintencionada.

Puedo demostrar lo que digo con un sencillo ejemplo. En muchas oportunidades, sostuve que había menos casos en la Provincia que en la Ciudad. En ese mismo diario me trataron prácticamente de tonto y también de estafador. Pero la cuestión es que CABA tiene 3 millones de habitantes y la PBA tiene 17 millones. De modo que comparar los números “absolutos” resulta engañoso, pero por sobre todo, es absolutamente ridículo. Al día de hoy, por ejemplo, en la PBA hay 320 mil casos confirmados y en la CABA, 110 mil. Casi tres veces más. Pero como resulta que la Provincia tiene cerca de 6 veces más habitantes que la CABA, medidos correctamente, hay la mitad de casos en PBA que en CABA en relación a su población. Para que el cálculo sea claro: en CABA, un habitante de cada 30 dio positivo y en PBA, uno cada 60.

Esto no es ni bueno ni malo. Es una realidad. Pero con el sólo hecho de señalarlo se desencadenaba una catarata de invectivas: “de nuevo Kicillof critica a Larreta”. Sin embargo, el concepto no era tan difícil de entender.
Ahora, si bien Clarín asegura que el gasto informado para afrontar el COVID en PBA es de 15 mil millones y el de CABA de 5 mil millones (es decir, tres veces superior en la Provincia) esta vez sí, finalmente, descubre que para comparar debe medirse el gasto por habitante. Para los casos de COVID no, pero para el gasto sí, sólo porque les conviene. Pero como PBA tiene 6 veces más habitantes, el gasto de PBA por habitante resulta ser la mitad. Es un extraño caso de uso selectivo de la matemática.

Sin embargo, no vengo a quejarme de esto. Después de todo, si Clarín quiere construir un monumento al gobierno de la Ciudad, no hay problema, que lo haga. Lo que sí quiero dejar en claro es que la información es equivocada. La CABA es, por así decir, a la vez una provincia y un municipio. En cambio, en el caso de la PBA, además de la inversión provincial, obviamente, hay que sumar el gasto de nuestros 135 municipios, que también destinaron una enorme inversión a la lucha contra el COVID. A los y las bonaerenses los atendimos desde el gobierno provincial y también desde los gobiernos municipales. No se puede comparar CABA con PBA tomando solo al gobierno provincial.

Pero aun si quiere considerarse solo la inversión realizada por la Provincia, es necesario agregar también las transferencias que la Provincia tuvo que realizar para sostener las cuentas municipales. Entonces, la cifra asciende a $30.874 millones. Es decir, un monto por habitante similar en ambas jurisdicciones.

Para mejorar la comparación, también hay que tener en cuenta que el sistema público de la CABA sólo atiende entre un 20% y un 30% de la población de la ciudad; el resto recurre al sistema privado porque tiene prepaga u obra social. Los habitantes de la Provincia, en cambio, cuentan con un grado de cobertura privada muchísimo menor y, por tanto, es el sistema público de salud, provincial y municipal, el que debe afrontar en mayor medida la pandemia. Clarín suma mal, divide mal y también compara peras con manzanas.

Y aun así la comparación es imperfecta, porque la Provincia tiene una superficie 1500 veces mayor que la CABA. Y una realidad mucho más heterogénea, variada y compleja, por decirlo de alguna manera. Viene además de años de completo abandono en su sistema de salud: “no voy a abrir ningún hospital más” declamaba orgullosamente, la anterior gobernadora. Sólo digo que nos hubiera venido muy bien que sí lo hiciera. No importa. No pretendo que Clarín lo comprenda o, si lo comprende, que lo diga.

Por último, a lo estrictamente asociado a la salud, debe agregarse también la enorme inversión que, por la pandemia, debió realizar la Provincia. Entre muchos otros rubros, habría que sumar lo que se destinó a readaptar el servicio alimentario escolar para que los alumnos y alumnas de escuelas públicas siguieran recibiendo alimentos con una cobertura ampliada. Son 1.722.000 estudiantes. Solamente en estudiantes, la Provincia tiene más de la mitad de la población total de la CABA. Esta magnitud pone en evidencia que no sólo es incorrecta, sino que es imposible la comparación.

Pero no sólo se trata de la cantidad de habitantes, sino que esto apunta al origen de las marcadas diferencias: la absoluta desproporcionalidad en los recursos con los que, desde hace décadas, cuentan un gobierno y el otro. Sostuve que Buenos Aires es una provincia rica desde el punto de vista de la creación de riqueza nacional, pero muy desigual y, por sobre todo, con un gobierno pobre. De hecho, en 2019, con Macri, Larreta y Vidal, los recursos del estado por habitante de la CABA llegaron a 104 mil pesos mientras que los de la Provincia alcanzaron sólo 42 mil pesos. Es muy contundente, y es imposible hacerse la víctima o el distraído ante esta situación: la CABA cuenta con más del doble de recursos por persona que la PBA.

Aun así, durante la pandemia, la Provincia lanzó programas de asistencia tributaria de emergencia; de preservación de las fuentes de empleo; la creación de un fondo municipal para la reactivación de la cultura y el turismo; adquisición de equipamiento para la educación virtual; y un programa de asistencia financiera del Banco Provincia. Y mucho más.

Establecido esto, aclaro por enésima vez que mi intención nunca fue nunca evaluar las políticas sanitarias de la Ciudad. No podemos seguir permitiendo que Clarín mienta. Insisto: estamos atravesando una pandemia, se trata de la salud, de la vida y de la muerte. Evidentemente me equivoqué cuando creí que, ante una crisis sanitaria tan grande, las campañas de desinformación iban a tomarse una tregua. Cuando se desinforma voluntaria y sistemáticamente a la ciudadanía para favorecer o atacar a determinados dirigentes, estamos ante una práctica claramente antidemocrática.

Pese a todos estos intentos, Nación, Ciudad de Buenos Aires, Provincia y municipios hemos trabajado coordinadamente para afrontar una situación extraordinaria como es la pandemia. Corregir la desinformación y los falsos dilemas se vuelve indispensable para no generar más angustia en la población. La enorme responsabilidad de todos y todas nos permitió sobrellevar este desafío. La cooperación y la solidaridad han sido clave y lo seguirán siendo en los meses por venir. No es año de elecciones, es año de pandemia.

*Gobernador de la Provincia de Buenos Aires

Escribe tu Comentario