34 años de una jornada inolvidable para el fútbol argentino y que galvanizó la figura de Diego Armando Maradona para todos los tiempos. Un 22 de junio Argentina vencía 2 a 1 a Inglaterra por los cuartos de final de la Copa del Mundo con dos goles, por diferentes motivos, que se han ganado un lugar en la historia.
Es extraño, pero quizás el partido más recordado por los argentinos no sea la final de esa Copa del Mundo ante Alemania, sino el cruce con Inglaterra. Motivos no faltan.
Maradona ya venía haciendo un Mundial bárbaro, pero ese día fue consagratorio en un partido con un componente muy especial. Argentina se enfrentaba a Inglaterra a apenas poco más de cuatro años de la guerra de Malvinas donde más de 600 compatriotas perdieron la vida. Obviamente imposible comparar un partido de fútbol con una guerra, pero ese partido de fútbol se convirtió en una revancha simbólica.
Los dos goles de Maradona, aún a 34 años, siguen siendo recordados por diferentes motivos. Ambas genialidades. Primero el gol con la mano ante un Peter Shilton que aún masca el resentimiento cada que puede sobre ese día. ¿Por qué es una genialidad? Primero por la jugada previa con Maradona metiéndose con una finta por el centro de la defensa y porque, además, no es para cualquiera esa capacidad de resolución de meter la mano cuando no llegaba con la cabeza. Diego estaba un paso adelante de la jugada.
Y el otro es más obvio. Talento en su estado más concentrado. El gol del siglo en un partido chivísimo. Un plus que lo destaca que, además, coincidió con un relato mágico de Víctor Hugo Morales y su inmortal «barrilete cósmico».
34 años de una tarde clave para el fútbol argentino en el estadio Azteca. De esas que pasarán los años y siempre se recordarán.
