Ante la pandemia, avanzan los acuerdos de rebajas salariales por fuentes de trabajo

Bajas salariales con la promesa de mantener puestos de trabajo. Ese es el camino que muchos sectores están atravesando en el contexto de la pandemia de COVID-19. Una descripción del escenario laboral, detalles de los principales acuerdos.

Por Leonardo Martín

Primeros días de mayo, fecha de cobro de salarios que en muchos casos se percibirán con recortes que pueden oscilar entre el 14% al 50% en aquellos sectores que no pueden desarrollar tareas por las medidas de restricción social. La CGT rubricó con la UIA un acuerdo de esas características, mismo camino que han tomado diversos gremios con convenios en la misma tónica.  

El acuerdo tripartito entre la CGT, Unión Industrial Argentina (UIA) con el aval de los ministerios de Trabajo y Desarrollo Productivo fue el punto más visible de una serie de negociaciones que ya se daban en diferentes sectores. En el caso puntual de la CGT-UIA, los trabajadores sin actividad por razones de fuerza mayor cobrarán un piso salarial del 75% durante los meses de abril y mayo. La promesa del sector privado es no despedir durante ese período.

Además, avanzaron en esa modalidad otros gremios. Entre ellos Petroleros, SMATA, Comercio, Textiles, Pasteleros y la Unión Obrera Metalúrgica con diferentes acuerdos en porcentaje de reducción salarial y plazos. También todos con la promesa de conservar las fuentes de trabajo. 

Aclaraciones. Los diferentes acuerdos no alcanzan a aquellos que están desempeñando tareas, ni a los que realizan teletrabajo ni a la  población de riesgo (más de 60 años, con patologías previas o embarazadas). Son, además, con pagos de carácter no remunerativo. 

Más aclaraciones. Dentro de las medidas que tomó el Gobierno nacional para atenuar el impacto de la crisis, una de ellas fue abonar el 50% de los salarios de las empresas afectadas del sector privado. Ese monto llega hasta 33.700 pesos, el valor de dos salarios mínimos. Es decir, dependiendo del acuerdo sectorial en muchos casos las empresas abonan del 100% habitual, el 25% del salario.

Petroleros, como en el macrismo, los primeros en acordar rebajas salariales por puestos de trabajo.

Simultáneamente, hubo rebajas en los aportes patronales para las empresas afectadas llegando hasta el 95% de los montos habituales. Habrá que evaluar implementación efectiva de estas medidas, pero hay un fuerte sostén del Gobierno a las empresas. Obviamente no corresponde su pago a todos, pero vale recordar que en Argentina existen poco más de 6 millones de trabajadores registrados en el ámbito privado. 

Ante los primeros despidos en las semanas iniciales de la cuarentena, Alberto Fernández firmó el decreto 329/20 que prohibió los despidos. Previamente, había se había establecido el cobro normal del salario pese a la cuarentena. Con el correr de las semanas y de las urgencias, se apeló al artículo 223 bis de la Ley de Contrato de Trabajo que habilita una reducción salarial por razones de fuerza mayor si existe acuerdo entre el sector empresario y el gremio representativo de la actividad. Ese fue el artículo por el cual avanzaron esas negociaciones. 

Visiones. La justificación desde la CGT es que este acuerdo busca poner un piso salarial en un contexto adverso donde muchas empresas llevan semanas de parálisis y que pretendían pagar montos menores a ese 75% en la práctica. Por supuesto, también la conservación de los empleos en el tránsito de la pandemia hacía la reactivación plena de las actividades. 

Por otro lado, están las visiones más críticas, que señalan que es un acuerdo que beneficia a las grandes empresas, con más musculatura para sostener la situación, a las cuales el Estado cubrirá parte de los salarios. Mientras tanto, las PyMES, ya castigadas durante el macrismo, tendrán las mismas condiciones teniendo que acudir al sistema financiero por créditos al 24% de interés que los bancos privados escamotean y que las pequeños empresarios, ya endeudados, tampoco saben si van a poder afrontar.

Complejidades. La pandemia de COVID-19 desbarató cualquier proyección y plan económico planteado apenas unos meses atrás. Es un hecho histórico donde los gobiernos tienen que utilizar herramientas ya disponibles e inventar otras ante un derrumbe económico imprevisto, abrupto y profundo. Los Estados salieron a realizar millonarios rescates que eviten el quebranto generalizado. Una aceleración de los gastos del Estado promovida, incluso, desde el Fondo Monetario Internacional. No es el mejor período para las usinas de pensamiento ortodoxas. El temor de una debacle generalizada hizo estallar, razonablemente, la disciplina fiscal. 

En Argentina la herencia para enfrentar esta situación es demoledora, caída del 5% del PBI durante el macrismo, una larga recesión y un endeudamiento externo aplastante hoy en tensa e incierta renegociación. 

La pregunta en los negociaciones sindicales, ¿Había más margen para lograr mejores acuerdos con un mayor esfuerzo del sector privado? ¿Hay capacidad administrativa y decisión política para que los sectores con mayor fortaleza hagan un mayor esfuerzo? ¿Fue un acuerdo pragmático y realista ante una pandemia de la cual aún no hay fecha certera de salida? Y una pregunta ingenua, cuando a las empresas puedan tener las ganancias habituales, ¿socializarán las ganancias como hoy las pérdidas? Interrogantes cuya respuesta depende del interlocutor y que el tiempo evaluará su efectividad de las medidas.  

 

LOS PRINCIPALES ACUERDOS

LOS PETROLEROS

Como en el macrismo, los petroleros fueron los primeros en flexibilizar condiciones. El derrumbe del precio del petróleo y del consumo llevó a Guillermo Pereyra del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro, La Pampa a acordar recortes de más del 50% de salarios. En la misma línea acordó el Sindicato del Petróleo y Gas Privado del Chubut, que lidera Jorge «Loma» Ávila. 

«Es lo que hay. No tenemos otra alternativa, si no firmamos los compañeros van a quedar sin cobrar los salarios. Siempre hemos peleado en todos los frentes pero en esta no hay nada para pelear», afirmó Pereyra. 

Por su lado, la Federación Sindical Argentina del Petróleo (Fasipegybio) que nuclea a gremios de otras provincias del país pactaron un pago del 60% de los salarios para los suspendidos. 

COMERCIO

El gremio que encabeza Armando Cavalieri apenas la CGT cerró el acuerdo con la UIA, lo replicó con las cámaras del sector en términos similares. Piso salarial del 75% para los meses de abril y mayo. 

SMATA

La crisis económica y productiva del macrismo llevaron a SMATA a aceitar durante los últimos años el mecanismo de las suspensiones rotativas, pero conservando las fuentes de trabajo. En esta ocasión donde el parate es casi total para el sector, acordó que las suspensiones sean con un 65% del sueldo que se extiende al 70% ya que se suma un incremento de salarial por paritaria en el caso de las automotrices. En los últimos días avanzaba la negociación con las diferentes cámaras autopartistas y concesionarias para cerrar un acuerdo similar. 

METALÚRGICOS

Un convenio que se cerró en estos últimos días fue el de la Unión Obrera Metalúrgica con las cámaras del sector. Recibirán el pago del 70% de sus salarios en bruto, lo que representa al 86% del sueldo en mano. En este caso es por los próximos 120 días. 

TEXTILES

La Asociación Obrera Textil (AOT) y la cámara empresaria del sector acordaron este lunes el pago de una suma fija de entre 17.000 y 20.000 pesos, que reemplazará al salario habitual durante los próximos tres meses. 

 

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