CALZONI / A la comunidad universitaria de la UNDAV

El rector de la Universidad de Avellaneda, Jorge Calzoni, dirigió una carta a la comunidad educativa en este complejo contexto que atraviesa el país y el mundo.


Por Jorge Calzoni

Esta pandemia está cambiando al mundo. Las agendas, los presupuestos, los objetivos, y las bases sobre las cuales esos objetivos se elaboraron, tiemblan y caen como las hojas del otoño. Es en este marco que cumplimos con absoluta convicción el aislamiento social, preventivo y obligatorio, puesto que es la manera de evitar el contagio y la escalada de esta enfermedad que tiene en vilo al planeta, mientras ensayamos nuevas redes y otros modos de estar juntos y de estar cerca, para que la universidad no deje de cumplir sus misiones sustantivas.

Cada día te informamos acerca de las múltiples acciones que hemos puesto en marcha. Para garantizar la continuidad pedagógica, la investigación, la gestión administrativa y académica, la extensión y la transferencia, la alimentación e higiene de nuestros pibes y de nuestras pibas de la escuela técnica, nuestras responsabilidades en organismos internacionales, nuestro compromiso con el territorio que nos hospeda y, de manera inseparable, con el sistema universitario. Todos los días te seguiremos informando, puesto que ese es nuestro compromiso y nuestra convicción.

Esta carta no tiene el objetivo de una enumeración exhaustiva que, por otra parte, sería imposible sintetizar, sino compartir una reflexión y un agradecimiento. Apenas unos días antes de que la pandemia del Covid-19 absorbiera todas nuestras preocupaciones, publicábamos un libro acerca de la gestión en la obra pública. Allí, en unas palabras preliminares, me refería a la idea de gestión de lo público como un servicio en pos de lo común, como un compromiso cuya exigencia es optimizar recursos, planificar, diseñar estrategias para restañar heridas profundas producidas en décadas de improvisaciones. Gestión de lo público como objetivo de articulación virtuosa con todos los sectores comprometidos con un país inclusivo que se erija, efectivamente, como una casa común.

Pues bien, es nuestra casa común la que hoy está en riesgo. La universidad pública, sus mujeres y sus hombres, estiran sus manos hacia vos —para que sepas y para que sientas— que estar lejos no quiere decir no estar juntos, y que aun en estas duras circunstancias, ponemos todo lo que está a nuestro alcance para honrar nuestra convicción de que la educación superior es un bien público social, un derecho humano y universal y un deber del Estado. Gracias a vos por acompañarnos. Gracias a nuestra comunidad universitaria por hacerlo posible.

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