LIBERTADORES DE AMÉRICA / Una consagración para la historia de River

Por LEONARDO MARTÍN

1 -Fin de las discusiones. No se hablará de operativos policiales diseñados con total inoperancia, de los intentos de escritoriazos y de la insólita decisión de la Conmebol de mudar al estadio Santiago Bernabeu la final de la Copa Libertadores. Se jugaron los 120 minutos y allí River hizo las cosas mejor, lo ganó 3 a 1 y se quedó con la cuarta Copa Libertadores de su historia. Como plus que la hace materia inolvidable se la ganó a su eterno rival: Boca Juniors. Mejor imposible, bah si pudo haber sido mejor si la ganaba en su propio estadio y no a 10 mil kilómetros de distancia en una fría noche madrileña frente a una platea con adinerados hinchas de River y Boca o españoles curiosos que se acercaron para ver como es eso cuando dos equipos de la salvaje Sudamérica se enfrentan.

2- En el campo de juego es inobjetable la victoria de River. Remontó un resultado adverso, se recuperó de ese primer tiempo donde a Boca se lo vio más afirmado y terminó con mayor entereza el partido en el aspecto físico. Tuvo otra virtud que fue aprovechar el hombre de más con la expulsión de Wilmer Barrios e ir construyendo pacientemente la victoria que finalmente consiguió.

3 – En los nombres propios del partido vale rescatar por el lado de River otra vez a Franco Armani que apareció cuando tuvo que hacerlo. Nacho Fernández, ese jugador de movimientos y momentos indescifrables, Pratto y Juanfer Quinteros, autor del gol clave de la noche. Por el lado de Boca, conmovedora la entrega de Nahitan Nández, bien Izquierdoz y brillante lo de Benedetto en el gol.

4 – Los primeros tres goles del partido fueron piezas de relojería. El primero de Boca es un contrataque fantástico, con notable pase en cortada de Nández y un fabuloso gesto técnico de Benedetto que en un movimiento limpia a Pinola y a Maidana para definir con absoluta frialdad frente a Armani. El empate de River también es de una pieza de orfebrería colectiva. Maravilloso pase de Palacios, centro atrás y definición de Lucas Pratto, que después de tantas dudas, en estas finales justificó los millones de dólares que se pagaron por su pase. El de Juanfer Quinteros también es otra notable jugada colectiva que el colombiano terminó con ese potente remate. El tercero del Pity Martínez fue ya con un Boca desesperado, quemando las naves y  con un Andrada que los últimos siete minutos decidió jugar como un delantero más.

5 – Gallardo volvió a ratificar su apodo de Napoleón. Otra vez le dio a su equipo un plus, le ganó la batalla táctica al Mellizo estirando una paternidad con Boca cada días más consagratoria. A ello hay que sumarle un mérito extra. Logró algo que siempre fue una deuda histórica de River, hacerse fuerte a nivel internacional. Multicampeón en el medio local, le costaba traspasar fronteras con éxitos deportivos. Desde 2014 para acá River no para de sumar títulos internacionales. Dos Libertadores, una Sudamericana y dos Recopas. Le falta el Mundial de Clubes. Da la sensación de que es el momento ideal para ganarlo pensando en que al principal aspirante, al Real Madrid, no lo acompaña el brillo de otras oportunidades.

6 – Carlos Bianchi y toda una fantástica generación de jugadores les hizo creer a los hinchas de Boca que era fácil ganar la Copa Libertadores. Las cuatro obtenidas entre 2000 y 2007, le dieron al hincha de Boca un gusto especial por estos torneos que en estas horas recuerda melancólicamente. Acumula la final perdida con Corinthians, esa semifinal increíble con el ignoto Independiente del Valle y ahora otra final perdida que, dolorosamente, es ante River. Daniel Angelici aún no ha podido cumplir con las promesas de esa vuelta a los honores internacionales. Aún se recuerda cuando hizo su campaña electoral en 2011 con promesas de azafatas y pasaportes que auguraban el regreso para pisar fuerte nuevamente en el ámbito internacional. Por ahora, otra promesa incumplida del macrismo.

7 – Respira el reinado de Independiente como máximo ganador del torneo continental. Mantiene a Boca a un Copa de distancia y, además, por un tiempo se mantiene en un pie de igualdad en torneos internacionales ganados. De obtener este torneo Boca, además de lograr su título 19 se le habrían dos posibilidades inmediatas para sumar dos estrellas extras, el Mundial de Clubes y la Recopa. El que sube cada vez con mayor fortaleza es River que ya tiene 12 títulos internacionales, cinco de ellos con Napoleón Gallardo.

8 – Párrafo aparte merece la Conmebol y toda la zaga de decisiones que llevaron a que esta Copa Libertadores haya quedado bajo un manto de sospechas a partir de las incontables desprolijidades y decisiones turbias. La decisión de llevar la final a España es el último gran desatino a fuerza de generar un negocio más abultado pero hacer perder identidad al torneo y al propio crédito de una institución sin crédito como es la Conmebol. Ni hablar del desprecio sobre los miles de hinchas que tuvieron que ver por televisión una final histórica.

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