SARAGÜETA (UTN) / «El Gobierno nos está ahogando presupuestariamente»

La situación en las universidades nacionales es realmente preocupante. En días donde debería estar comenzando el segundo cuatrimestre en la mayoría de ellas, no arrancan por un paro docente. Sin embargo, la situación es mucho más compleja que la falta de acuerdo salarial donde le ofrecen a los docentes un flaco 15%  en cuotas de incremento en la negociación paritaria. La problemática es más profunda, tiene que ver con la propia supervivencia de las facultades públicas y de la calidad de la educación que brindan. Dialogamos con Julián Saragüeta, dirigente de la UTN Avellaneda donde trazó un panorama muy crítico.

ENTREVISTA: Pablo Guillermo, Pedro Fernández y Leonardo Martín / TEXTO: Leonardo Martín

Hoy la situación es de desfinanciamiento, de subejecución presupuestaria y de intentos de congelar el presupuesto universitario para el 2019. En un contexto donde la inflación se estima que será del 32% es un recorte brutal del financiamiento de uno de los grandes logros históricos de la Argentina: educación superior pública de calidad y gratuita.

Julián Saragüeta es Secretario de Bienestar Universitario de la UTN de Avellaneda. Un joven dirigente que viene denunciando en diversos medios de comunicación la situación universitaria. Con argumentos y datos explica un escenario de deterioro para la educación pública superior.

La UTN es una universidad con una historia emblemática. Fundada como Universidad Obrera  en 1948 ese primer peronismo buscaba formar ingenieros para el proyecto de la Argentina industrial que se venía forjando desde la década del 30 y que el peronismo decidió profundizar.

Hoy el presente marca un desfinanciamento de la UTN así como del resto de las universidades nacionales. En diálogo con Saragüeta, nos contó sobre la situación concreta de la UTN, además de aportar un panorama general. Problemas presupuestarios, baja en la matrícula con políticas que van asfixiando los espacios para generar no sólo los conocimientos técnicos en la formación de ingenieros, sino las condiciones para emprender un desarrollo nacional genuino.

¿Cómo está la situación hoy de la UTN a nivel presupuestario?

Nuestra realidad no es distinta a la que viven el resto de las universidades nacionales. En nuestro caso tenemos treinta facultades regionales a lo largo de la Argentina. La función es formar ingenieros. En función de eso en el financiamiento tenemos un plus porque el equipamiento que utilizamos es caro, en muchos casos importados. Tenemos un componente importante en el presupuesto en lo que se denomina “Gastos de Funcionamiento y otros gastos” que desde el mes de marzo que el Gobierno no lo deposita.

¿Cuál es el argumento para el atraso?

El argumento es que no tienen la plata dentro del Tesoro en función de la recaudación. El problema es que no nos dan garantías de que se vaya a pagar. La cuestión se va agravando porque sólo a la UTN nos deben 300 millones de pesos. Si sumamos al conjunto de todas las universidades hasta agosto esa cifra es de 13 mil millones de pesos. Con ese dinero se pagan los servicios de luz, gas, agua. internet, seguros, la limpieza. También becas estudiantiles e investigación. El desfinanciamiento habla de las intenciones que tiene este Gobierno que es ahogar a las universidades para ver hasta donde aguantan.

¿Qué explicación le dan a esta situación?

El desfinanciamiento de las universidades en general y de la UTN en particular se debe a que el conocimiento que generamos no va con su modelo de país financiero en contraposición a uno productivo. Cuando Perón pensó la Universidad Tecnológica (en un principio llamada Universidad Obrera) el país atravesaba un modelo de sustitución de importaciones. Para lograr la soberanía tecnológica necesitábamos generar conocimiento e ingenieros. La UTN nace para las demandas industriales y tecnológicas que había en la época. En un modelo de país productivo encajamos perfectamente porque crece la demanda de ingenieros. En los noventa estuvimos al borde del cierre, de la privatización y en este período se repite la historia. Uno de los lugares donde se registra la mayor caída es en la industria con màs de 80 mil despidos desde diciembre de 2015. Eso habla del modelo de país que impera en la Argentina que es donde debemos poner el debate.

¿Cuál es el ánimo para estudiar estas carreras cuando hay un evidente rumbo hacia una desindustrialización?

Ahí entra una política estudiantil y gremial que es la de tratar de mantener la esperanza y luchar. Los que fueron estudiantes durante los años noventa en el período del kirchnerismo tuvieron empleo. Tenemos que trabajar para no perder estudiantes, pero también es cierto que la matrícula está cayendo fuertemente, no sólo en la UTN, también en otras universidades. Se da principalmente por un motivo económico. Los estudiantes deciden salir a buscar trabajo en vez de estudiar y después hay también una fuerte deserción. Para ponerlo en números en la UTN en Avellaneda en el 2015 tuvimos 1100 ingresantes y en el 2018 fueron 500. En otras universidades la situación es peor.

En su informe en la Cámara de Diputados el Jefe de Gabinete Marcos Peña dijo que si bien tienen algunos atrasos en los pagos cubren el 90% de lo que sugiere el Consejo de Universidades.

Lo escuché, lo estuvimos trabajando con Daniel Filmus en la Cámara de Diputados y puedo decir que Marcos Peña miente y descaradamente. El número no es real, no depositaron el 96%, no llega al 50% en realidad. El está viendo unos números que ninguna universidad tiene. El Consejo Interuniversitario Nacional va a salir a responderle a Marcos Peña en unos días por el nivel descarado de mentiras que dijo.

¿Cómo se arreglan con la mitad de un presupuesto?

A los ponchazos. Muchas universidades tienen recursos propios que fueron produciendo a partir de diferentes trabajos al Estado y empresas. Con eso tienen un colchón. En el caso de la UTN ese colchón está cada vez más finito. Hay universidades que dicen que en septiembre no van  a poder pagar la luz. La Arturo Jauretche de Florencio Varela dice que en noviembre no va a poder pagar los sueldos. Esto ahora va a recrudecer feo. Hay mucha incertidumbre.

¿Les ofrecen alguna salida los funcionarios en esta situaciòn?

El número dos de Marcos Peña, Mario Quintana le dijo a los rectores de las universidades que se tienen que buscar auspiciantes. Estos funcionarios están formados en universidades privadas, además de tener una lógica yanqui de la educación. Las universidades norteamericanas tienen esa lógica de tener auspiciantes. Son universidades privadas que son para una elite.

En este contexto ni pensar en recursos para investigaciones.

En Políticas de Ciencia y Tecnología entre 2015 y 2018 se redujo el presupuesto en 900 millones de dólares acumulando el recorte desde diciembre de 2015. Es un presupuesto para becarios e investigaciones aprobadas. La lucha de científicos logró que eso sea menor, pero se han congelando salarios y plantas. El porcentaje del PBI destinado a ciencia e investigación hoy está en el 0,5%. Durante el Gobierno de Cristina había llegado al 0,9% en Ciencia y Tecnología. La Universidad estaba en 0,87% y hoy está en 0,71% del PBI.

¿Cómo viene la discusión de presupuesto para las universidades en 2019?

Nos están ahogando financieramente generando un marco para discutir un presupuesto a la baja. En off the record, funcionarios hablan de que el presupuesto para las universidades en 2019 va a estar congelado, que va a ser igual el del 2018. Están buscando reducir en todas las áreas en vez de ir a sacarles a quien le tienen que ir a sacar. Tenemos una Argentina que dejó de recaudar 5 mil millones dólares en la exportación de oleaginosas, 220 millones dólares de retenciones mineras. Se volvieran a recaudar eso bajarìan fuertemente el déficit fiscal.

¿Qué pasa con los estudiantes? ¿Cómo atraviesan este momento?

Tenemos muchísimos estudiantes que están teniendo problemas para afrontar el gasto en transporte porque además en la UTN por decisión de la gobernadora Vidal no tenemos boleto universitario. Las becas que muchos de ellos tenían están congeladas. Los chicos no tienen para apuntes, ni para alimentarse bien. Estas épocas también generan que crezca el espíritu solidario entre estudiantes y con el propio Centro de Estudiantes con fotocopias al costo, con comedor escolar. No hay salida si no hay un cambio en el modelo económico del país.

Hay alguna chance de que los legisladores tomen los reclamos de las universidades en la discusión del presupuesto que se viene.

En dos semanas nos estamos juntando con seis bloques en el Congreso para atender este tema. Ellos lo van a defender en el Congreso y nosotros vamos a resistir desde las calles.

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